Este domingo 14 de marzo se cumple un año de la declaración de estado de alarma por la pandemia de coronavirus, 365 días que han cambiado nuestra vida y que nos han obligado a tener que adoptar medidas restrictivas, desde el punto de vista individual y colectivo, para hacer frente a una situación que ha causado, y está causando, un enorme sufrimiento tanto en lo humano, con la pérdida de numerosas vidas, como en lo social y lo económico, con la limitación de las relaciones familiares y con amigos; y con la destrucción de muchos puestos de trabajo consecuencia del cierre de empresas y negocios.
En Puente Genil, el primer caso de Covid-19 se confirmó el 19 de marzo, apenas cinco días después de aquella fatídica jornada. Desde ese momento, el Hospital de Alta Resolución se convirtió en el lugar de referencia para atender a quienes daban positivo, mientras que los pacientes más graves se trasladaban al Hospital Reina Sofía de Córdoba. A nivel institucional, el Ayuntamiento activó un comisión de coordinación para la seguridad Covid-19, encargada de evaluar las medidas que se iban adoptando en el día a día municipal. Se procedió al cierre y desinfección de dependencias municipales, de edificios públicos, centros educativos… Los operarios de Egemasa desinfectaron las calles y las plazas, los lugares más concurridos del municipio. Contaron en algunos casos con el apoyo de militares de la UME, y la Policía Local y la Guardia Civil intensificaron la vigilancia y los controles. En aquellos días, de confinamiento estricto, emergió en Puente Genil una gran ola de solidaridad para colaborar en la lucha contra el virus.
Hubo donaciones anónimas para dotar de material de protección al personal sanitario, hubo quien confeccionó mascarillas solidarias para proteger a los mayores, empresas que fabricaron pantallas protectoras, quienes se solidarizaron con aportaciones económicas que permitieron a instituciones como Cáritas paliar las necesidades de los más vulnerables, y otras entidades, como Cruz Roja, también pusieron de su parte activando su unidad de emergencia social para llevar alimentos a las casas de quienes no podían salir a la calle. Sería imposible citar todas y cada una de las muestras de solidaridad vividas durante la pasada primavera, pero ante todo, Puente Genil demostró aquello de lo que siempre ha hecho gala, solidaridad y apoyo a quienes más lo necesitaban.
La primera ola se saldó con 57 positivos confirmados y cinco víctimas mortales. A partir de mediados de mayo las cosas mejoraron, y ya en junio la tasa de incidencia acumulada de casos registrados en la ciudad se quedó a 0. Los pontanenses intentaron recuperar en la medida de sus posibilidades un poco de normalidad, y ello desafiando a las elevadas temperaturas veraniegas que dificultaban el uso obligatorio de la mascarilla cuando se salía a la calle. Sin embargo, el 1 de agosto, se notificó un nuevo caso en la localidad, y a partir de ahí se volvieron a encender las alarmas, especialmente en lo relativo a brotes vinculados a eventos y celebraciones.
El número de casos empezó a incrementarse nuevamente, y aunque la vuelta al cole transcurrió en medio de un ejercicio de enorme responsabilidad por parte de docentes, padres, madres y alumnos, en octubre llegó la noticia que nadie quería oír. El virus llegó a la residencia de mayores DomusVi Inmaculada Concepción y el número de positivos se disparó. La consecuencia directa fue el horrible goteo de fallecimientos, hasta 27, en una tragedia sin precedentes en nuestro municipio.
Poco antes de la Navidad, los datos de nuevo mejoraron y eso se tradujo en una flexibilización de las medidas, aunque la apertura, tal y como muchos temían, volvió a disparar los positivos en enero y febrero, en el marco de una tercera ola de incidencia del virus que trajo de nuevo silencio, austeridad, ingresos, fallecimientos y cerramientos perimetrales. El único soplo de esperanza ha llegado con el inicio de la vacunación. Primero, los profesionales sanitarios, después, los mayores de nuestras residencias, y poco a poco, otros profesionales de servicios esenciales, además de las personas más mayores….
Un año después del inicio de la pesadilla los datos hablan por sí solos en Puente Genil. 1.358 positivos, más de 40 fallecidos, siendo el municipio de la provincia con más víctimas mortales por el virus exceptuando la capital, y una tasa de letalidad que supera el 3%.
Ha pasado un año desde que aquél 14 de marzo la vida nos cambió a todos. Un año de dolor y tristeza que no olvidamos y que siempre va a estar presente en nuestras vidas.