“Las conductas machistas entre los jóvenes están aumentando, vinculadas, en muchos casos, al uso de las nuevas tecnologías”. Así lo reconoció la concejala de Igualdad, Loli Franco, quien ha señalado que el Ayuntamiento está trabajando en colaboración con los centros educativos de secundaria para la puesta en marcha de talleres tendentes a prevenir este tipo de comportamientos. La edil puso como ejemplos el de los jóvenes adolescentes que tratan de controlar a sus parejas a través de sus teléfonos móviles, “mirando si se conectan al whatsapp, si están en línea o incluso recriminándoles que hayan visto sus mensajes y no les hayan contestado”. En este sentido, la concejala de Igualdad añadió que este tipo de situaciones calan en muchas chicas, que también experimentan conductas de aislamiento y soledad cuando comienzan a salir con chicos y se alejan de su pandilla habitual de amigas, repercutiendo ello tanto en su comportamiento a nivel familiar, grupal o incluso en su propio rendimiento académico.
Precisamente, por este motivo, y hasta el próximo mes de junio se están desarrollando una serie de talleres en los diferentes institutos de la localidad, dirigidos a alumnos de ESO y Bachillerato, que buscan abordar, detectar y combatir los micromachismos entre los jóvenes. Además, en algunos casos, estos talleres también abordarán los estereotipos de género, e incluso la homofobia, “más presente en nuestra sociedad de lo que pensamos”. “A veces no queremos ver la realidad y no la aceptamos, pero hay que educar en valores, porque la educación es fundamental para erradicar este tipo de conductas”, dijo la concejala, quien afirmó que con este tipo de talleres se trabaja la autoestima, los sentimientos y la inteligencia emocional.
Por último, Loli Franco destacó la buena acogida del trabajo de atención psicológica a mujeres que se viene prestando en el Centro de Información a la Mujer, trabajo que se sustenta sobre tres pilares, como son la reparación del daño psicológico, el fomento de las habilidades sociales y estrategias de afrontamiento “ya que en muchos casos ellas no tienen el control de sus vidas”. Gracias al trabajo con esta veintena de mujeres, con edades comprendidas entre los 17 y los 62 años, se ha mejorado en el ámbito de la intervención, “beneficiando de esta forma su bienestar personal, y el de sus hijos y familias”.