Derrota sin paliativos la encajada por el Ángel Ximénez en Pamplona, en un encuentro sin apenas historia donde el conjunto de Puente Genil se vio claramente superado por un cuadro navarro mucho más intenso en defensa, que aprovechó las debilidades visitantes, especialmente en el tramo final del primer acto, para abrir una brecha absolutamente insalvable para los pontanenses en la segunda mitad.
Las cosas no empezaron mal, ya que los de Paco Bustos arrancaron con un esperanzador 0-3 que invitaba al optimismo, pero poco a poco, los navarros fueron mejorando atrás castigando el más mínimo error de sus rivales en ataque para ir acercándose en el marcador. Las paradas de Álvaro de Hita, muy acertado en el tramo inicial, dieron margen a sus compañeros, pero con el paso de los minutos Anaitasuna, con una defensa quizas demasiado dura, férrea y expeditiva, y un inconmensurable Juan Bar en portería, no sólo equilibró el partido, sino que se puso por delante abriendo una brecha que, primero fue salvable y después, con el paso de los minutos, una auténtica hemorragia. Los pontanenses ni pudieron ni supieron buscar opciones de ataque ante el planteamiento defensivo de los pamploneses, y además, tampoco estuvieron lo suficientemente contundentes para frenar la producción goleadora de los de Quique Domínguez. Las imprecisiones, los nervios, los errores, las paradas de Bar, algunas decisiones incomprensibles de la pareja arbitral facilitando la labor defensiva de los locales, y la demoledora primera y segunda oleada navarra acabaron por convertirse en un vendaval imposible de parar para un Ángel Ximénez que se fue al descanso con un rotundo 21-12 en contra.
Ya en la segunda mitad, el encuentro siguió por los mismos derroteros, con el portero argentino siendo un muro infranqueable para el equipo de Puente Genil, que veía como tampoco podía aprovechar las superioridades numéricas de que disfrutaba para limar la desventaja. Lo máximo que el Ximénez recortó le sirvió para ponerse 24-15, pero Anaitasuna no bajaba el pistón y seguía explotando todas las debilidades de un conjunto pontanés muy lejano en su juego con respecto a lo exhibido hasta el momento en las jornadas disputadas. Con el paso de los minutos, los navarros fueron ampliando su renta para impotencia de un equipo visitante que ya nada pudo hacer ni tan siquiera para acercarse en el marcador. Al final 36-23, duro correctivo para un Ángel Ximénez que tuvo un mal día. Toca aprender de los errores y pasar página cuanto antes.
FICHA TÉCNICA
36 / HELVETIA ANAITASUNA: Juan Bar (p); Eduardo Fernández (4), Gastón (4), Meoki (2), Del Arco (2), Chocarro (1) y Bonanno (1) – siete inicial – Bazán (1), Etxeberria (4), Héctor González, Ander Izquierdo (10, 2p), Ortiz (5), Pedro Casas, Albizu (1), Aitor García (1) y Cancio (ps).
23 / ÁNGEL XIMÉNEZ: Álvaro de Hita, Marcio da Silva (1), José Cuenca (1), Delcio Pina (4), Javi García (1), Pere Arnau (4) y Xavi Tuà (2), -siete inicial- Corning (1), David Estepa (3), Joao Pedro Da Silva (1), Pomeranz (3, 1p), Felipe Borges (2) y Konecny (ps).
ÁRBITROS: Rodríguez Estévez y García Gil (Comunidad Valenciana / Aragón). Excluyeron por los locales a Etxeberria y Héctor González (2), y por los visitantes a Borges. Descalificaron a Chocarro con roja directa (min. 33)
PARCIALES: 1-3, 5-6, 11-8, 14-10, 17-10 y 21-12 (descanso) 23-13, 25-16, 29-18, 32-21, 35-22 y 36-23 (final).
INCIDENCIAS: Pabellón Anaitasuna (Pamplona). Unos 1.000 espectadores para presenciar el partido correspondiente a la octava jornada de la Liga Sacyr Asobal.
