Utilizando una expresión popular, se puede decir que las vacas gordas de Puente Genil son la mitad de gordas que en el resto de la provincia, pero nuestras vacas flacas están aún más canijas que en el resto de Córdoba.
Algunos datos: en nuestra provincia bajó el paro un 6,5% en 2021, pero en Puente Genil no bajamos el desempleo ni la mitad, apenas rozando un 3% en el mejor año en décadas. Sin embargo, tras la campaña agrícola otoñal y la campaña comercial de Navidad, en la provincia subió el paro un 4,6%… y ahí sí destruimos empleo a mejor ritmo que el resto, hasta dos décimas más, un 4,8%. Es decir, cuando en la provincia de Córdoba se crea empleo a buen ritmo, Puente Genil se queda atrás. Pero cuando lo que sube es el desempleo, en Puente Genil sube el paro por encima de la media provincial.
La correa de transmisión para la creación de puestos de trabajo y la amortiguación del desempleo estacional respecto al resto de municipios están rotas en Puente Genil. Y el primer paso para arreglar la avería es reconocerla.
No estamos aprovechando al mismo ritmo el empuje y la oportunidad que está suponiendo en otros sitios la subida del salario mínimo y la mejora en la estabilidad en los contratos. Esto amenaza al desarrollo de los sectores que sí funcionan y es un peligro para el sector servicios, debido a la creciente despoblación.
Desde el Ayuntamiento no se pueden hacer milagros, eso es evidente, pero sí se puede hacer lo que han hecho otros pueblos y ciudades a los que ahora les va mucho mejor: repensar el modelo de desarrollo y apostar por la industria que transforma materia prima, la innovación y los sectores de alto valor añadido que generan empleo de calidad. En cualquier caso, lo que no vale es hacerse trampas al solitario. Admitamos que la apuesta casi en exclusiva por el ocio, los servicios y los atractivos puntuales en el calendario tienen muchas limitaciones en los tiempos que corren, y no están dando los resultados que cabría esperar.
Ojo, que también hay buenas noticias. Puente Genil, y esto no es nuevo, tiene músculo empresarial repartido en una diversidad de sectores que no hay en todos sitios, algo por lo que debemos sentir orgullo. La tesis de Izquierda Unida es muy clara en este sentido: ayudar a estrechar lazos entre las empresas de vanguardia de Puente Genil, fortalecer el ecosistema de pymes y autónomos a su alrededor y, sobre todo, ser proactivos desde lo público, para poder activar juntos la palanca del cambio de marcha en el desarrollo y la creación de empleo local.
Si en pueblos vecinos tienen el frío industrial, aquí tenemos un polo de producción en torno al sector de las cintas transportadoras bastante concentrado y con proyección internacional. Lo mismo ocurre con el sector de las grandes estructuras metálicas, la iluminación artística y un agroalimentario disperso pero afianzado.
A esto hay que sumarle un enclave geográfico envidiable que, incluso con carencias en algunas conexiones por carretera, ofrece ventajas por su emplazamiento central. Por eso el proyecto del nodo logístico en Campo Real nunca debió olvidarse en un cajón. Los corredores ferroviarios central y mediterráneo para transporte de mercancías serán una realidad, y Puente Genil sigue teniendo a mano los dos, con dos polígonos industriales a tiro de piedra. Es la gran oportunidad para localizar en nuestro término municipal un gran centro logístico atractivo para la producción y distribución desde nuestro pueblo al resto del mundo. Si municipios parecidos a Puente Genil en Sevilla y Málaga han sabido vender sus fortalezas en este sentido, hay que analizar qué se ha dejado de hacer aquí. Promoción, trabajo institucional y alianzas, no solo con el empresariado local, sino con su cartera de clientes.
Y mucha atención: ser el segundo pueblo de la provincia no significa ser segundones, sobre todo cuando el primer pueblo, Lucena, es vecino y comparte intereses con nosotros sobre Campo Real. No se trata de competir, se trata de aunar fuerzas.
En paralelo hay que ponérselo más fácil al agroalimentario para que estas expectativas acaben desarrollando el sector de la transformación de nuestra materia prima. Ese hortofrutícola que no solo venderemos más y mejor, sino que podremos procesar aquí (¿Te acuerdas de las envasadoras de espárragos y otras conservas que tuvimos?) y comercializar con una clara ventaja desde ese nodo logístico. Cabe preguntarse si no tendría más sentido apoyar la presencia de producto local en otros escenarios (Expo oliva, ferias alimentarias internacionales) antes de montar una feria de muestras en clave local en pleno 2022. Lo que no quiere decir que no haya que apostar por consumir aquí lo que se siembra, se recoge y se transforma aquí. Claro que está bien apoyar el comercio local a través de bonos, por ejemplo. Pero no nos quedemos ahí, fomentemos la venta de producto local servido en el comercio local.
Ya hemos reclamado institucionalmente la formación específica reglada para cubrir la demanda de empleo en sectores como el de las cintas transportadoras y la iluminación. Siguen creando empleo y quizá, sobre todo en la iluminación artística, haya que apostar por todo el sector. Tenemos la suerte de contar con la empresa líder y referente internacional, lo que no significa que haya que olvidarse de todas esas empresas de iluminación más pequeñas, que también se dedican a iluminar fiestas en otras localidades y merecen tener una oportunidad en la suya. Hay que abrir el abanico de la contratación por lotes para ser el escaparate de todo un sector local con un buen puñado de empresas que pueden crear aún más empleo.
Y matar dos pájaros de un tiro a través de la promoción municipal de vivienda rehabilitada. Se está haciendo tanto en pueblos más pequeños como en municipios más grandes que Puente Genil. Se adquiere y se recupera vivienda deteriorada, decadente, en cascos históricos y zonas tanto céntricas como periféricas, facilitando el acceso asequible a esas viviendas a gente joven con proyectos de futuro que revitalizan esos barrios. Crear empleo recuperando zonas urbanas que se están degradando y cerrar el círculo con otra oportunidad para seguir creando empleo: renaturalizar zonas verdes urbanas que se han perdido, haciendo atractivos y más habitables los barrios cercanos y abriendo una ventana de oportunidad al ocio activo y al deporte en contacto con la naturaleza para gente de aquí y visitantes. Y hablar de esto es hablar del Genil, de los llanos del Cristo en Miragenil, de la Isla del Obispo y del casco histórico. Una mejora global: medio ambiente, ocio, deporte, patrimonio… calidad de vida y nichos de empleo.
Para articular estas iniciativas, desde lo público tenemos los recursos técnicos, humanos y materiales que ofrecen tanto las áreas municipales como la empresa pública SODEPO (no olvidemos que es un acrónimo de Sociedad para el DESARROLLO de Puente Genil), más que cualificados para dar resultados a la hora de remontar Puente Genil a una recuperación económica que empieza a distanciarse de manera preocupante. Solo se necesita una hoja de ruta clara y la voluntad firme de avanzar hacia el horizonte deseado. Lo preocupante es que ya nadie consigue imaginar a día de hoy al actual equipo de gobierno en una tarea así.
Un último apunte: no hay mejor manera de premiar a las empresas y su compromiso con el empleo de calidad (sueldos, igualdad de género y buenas condiciones de trabajo) y el respeto al medio ambiente (la sostenibilidad ya es un valor añadido), que puntuar al alza en las ofertas de contratación externa del Ayuntamiento estos aspectos, por encima de los bajos precios que acaban en peor servicio, peor ejecución, peores salarios y, al final, como viene siendo costumbre, sobrecostes.
En cualquier caso, lo importante son las iniciativas que permitan subir a Puente Genil a ese tren de creación de empleo, porque está claro que aplicando las mismas fórmulas obtendremos los mismos resultados. Sirvan estos apuntes como propuestas, alternativas que planteamos desde Izquierda Unida para ayudar desde lo público a conseguir ese desarrollo en beneficio de nuestro pueblo.
Seguro que tú también tienes buenas ideas y un puñado de propuestas al respecto. Te animamos a compartirlas siempre que tengas oportunidad, porque los problemas comunes solo se solucionan poniendo el interés común por delante de intereses particulares. Nada mejor que eso para rematar el título de este artículo: Puente Genil, tenemos un problema… y un millón de soluciones.