Los centros de mayores de Puente Genil han acaparado la atención de la sociedad durante dos años y medio por culpa de una pandemia que atacó con especial virulencia al eslabón más débil de la cadena de transmisión de enfermedades infecciosas: nuestros mayores. Quienes hicieron un esfuerzo impresionante para dejarnos, en particular, el pueblo que tenemos hoy en día. Después de ese eterno periodo, en el que el aislamiento hizo mella en sus vidas, los usuarios de estos centros de mayores que han podido sobrevivir al COVID-19 no olvidan lo ocurrido. Pero se encuentran inmersos en recuperar la sonrisa que el coronavirus enterró en el olvido. La superación del duelo es el día a día de estos rincones en los que derrochar cariño acelera con naturalidad ese camino hacia la estabilidad emocional.
Para que esto se cumpla, ese objetivo está muy presente. Los usuarios, dependiendo del que hablemos, tienen secuelas de esos meses en los que el confinamiento y los aislamientos han afectado de manera directa a la estimulación y a la socialización dentro del centro. Así, hay quienes el coronavirus no le ha afectado por tener un nivel de demencia alto y quienes lo vivieron con dolor y tristeza permanente. Alegres hemos de estar por cómo han cambiado los hechos desde marzo de 2020 hasta hoy, curiosamente 1 de octubre. El Día Internacional de las Personas Mayores. No olvidemos que quienes tienen más de 65 años conforman el sector de población más numeroso de nuestra localidad, llegando aproximadamente a 5.000 pontanenses.
Las mascarillas sólo se ven en las caras de los trabajadores por una cuestión que hemos aprendido durante la crisis sanitaria. E incluso asimilado al 100%: que son una herramienta de protección que reduce drásticamente los contagios entre los mayores tanto del covid como de la gripe, el neumococo, y otras patologías. En cualquier caso, todo apunta a que a partir del 3 de octubre, hablando de protección, se administrará la cuarta dosis de la vacuna contra el coronavirus en las residencias de mayores de Puente Genil. Andalucía es la única comunidad autónoma que ha retrasado la inoculación de este medicamento al mes que acabamos de estrenar.
Problemas de personal en los centros de mayores
Los centros de mayores de Puente Genil tienen las puertas abiertas para toda aquella persona que lo necesite. Y cada vez son más las que pueden vivir esa situación, la de necesidad, debido a que, por ejemplo, los compromisos laborales de los hijos y las propias limitaciones de los ancianos convierten a la soledad en un enemigo indeseable para ellos.
Las residencias de mayores en general afrontan el futuro con serios problemas de personal. Ha habido momentos en los que un brote ha generado problemas para las sustituciones o refuerzos de la plantilla, de ahí que la necesidad de contar con auxiliares de enfermería o de farmacia estuviese a la orden del día. Esto, en la actualidad, sigue sin resolver.
Encontrar profesionales sanitarios con estas titulaciones y experiencia se vuelve imposible porque el convenio de los centros sociosanitarios tiene unos salarios más bajos que los del Servicio Andaluz de Salud. Por esta razón, el personal de enfermería prefiere irse a trabajar a la administración regional, ya que incluso pueden estar en departamentos diferentes. Durante el pasado verano, además, el problema fue a más debido a que Salud contrató a auxiliares de enfermería que estaban en residencias, dejando al desnudo la realidad de que no hay ni auxiliares ni personal de enfermería.
¿Qué necesitan los mayores de Puente Genil?
Lamentablemente, la sociedad no es consciente del esfuerzo titánico que han hecho los profesionales que trabajan en las residencias de mayores para cuidarles. Nadie olvida el terrorífico otoño del año 2020, cuando la Residencia Inmaculada Concepción centró todas nuestras miradas y hasta los rezos de los pontanos ante el brote de coronavirus que se cobró la vida de personas con nombres y apellidos. Nos dijeron adiós en soledad, lo que nos lleva a una reflexión que sigue presente. Las personas mayores afrontan obstáculos y problemas que deben centrar la atención de la clase política y ser una prioridad para las administraciones. El primero el de la pensión, la que sirvió durante la crisis del 2008 para ayudar a muchas personas y que ahora revela numerosas injusticias.
La transformación digital es una realidad y para los mayores un motivo de rabia. Nuestros mayores necesitan una atención personalizada porque les es imposible manipular con suficiente destreza un teléfono móvil y manejar una aplicación, por ejemplo, de banca online con habilidad suficiente para realizar operaciones desde cualquier lugar. La cercanía en ese trato entre empleado y cliente, en su caso y en el de todos, es imprescindible que se siga velando por su mantenimiento. En tiempos donde la justicia social no debe quedar en palabras vacías, más vale llenarlas de sentido para hacer de este mundo, y de este pueblo, un lugar algo mejor en el que vivir. Nuestros mayores lo dieron todo por dejarnos el país que tenemos. Devolver a las personas mayores de Puente Genil lo que hicieron es el mejor gesto de generosidad que podemos tener hacia ellos.