La Cooperativa Olivarera Pontanense acogía la tarde de ayer jueves una reunión de coordinación donde se estableció el dispositivo de seguridad y vigilancia para tratar de evitar los robos de aceitunas, unas intervenciones que permanecerán activas a lo largo de la presente campaña y que recoge, como en años anteriores, los habituales controles en carretera y la inmovilización de los vehículos que transporten el fruto de dudosa procedencia.
En el encuentro asistieron, junto al alcalde de Puente Genil, Esteban Morales, y al concejal de Seguridad Ciudadana, José Antonio Gómez, los responsables de los cuerpos de la Policía Local y Guardia Civil, así como los presidentes de las tres cooperativas aceituneras locales, agricultores y los representantes de la Federación de Caza y guardas de los cotos.
En el transcurso de la reunión se acordó el refuerzo de la coordinación y comunicación entre los guardas y cuerpos de seguridad para una pronta y rápida intervención, especialmente en zonas limítrofes, aumento de controles de vehículos en la zona de la A-318 haciendo hincapié en que los agricultores tengan que llevar consigo la documentación acreditativa de la maquinaria utilizada y portada que permita demostrar en todo momento la propiedad de la misma así como la obligatoriedad de portar el documento oficial que autorice el transporte de aceituna entre fincas y cooperativas.
Además, también se realizó la presentación del proyecto Framework de la Fundación Artemisan, con el objetivo de diseñar y desarrollar un nuevo método de agricultura alternativa denominada “Agricultura Sensible a la Biodiversidad”. Esencialmente, el método pretende conformar una agricultura en la Unión Europea que promueva los servicios ecosistémicos. Pretende así combinar la mitigación de los problemas agrícolas y la conservación de la biodiversidad. Para ello, se implantarán mejores prácticas agrícolas que servirán como ejemplo a otros agricultores
En el caso español, el coto experimental se sitúa en Aguilar de la Frontera (Córdoba). El coto cuenta con dos zonas de estudio de unas 350 hectáreas. En una de ellas se realizan las actuaciones agrícolas, mientras que la otra zona actúa de control, donde no se realizarán actuaciones. Ambas zonas, separadas por unos 5,5 kilómetros, se monitorizarán para ver el resultado de las medidas aplicadas y para comparar entre ambos territorios.
