Tal y como desveló el pasado lunes el portavoz municipal de Izquierda Unida, Jesús David Sánchez en el transcurso de una rueda de prensa, el alcalde, Esteban Morales habría trasladado a los portavoces de los grupos políticos con representación municipal una propuesta para que Aqualia, actual empresa concesionaria del servicio de agua en la localidad, siguiera prestando este servicio durante el plazo “imprescindible” hasta que el Ayuntamiento determine el modo de gestión del mismo y, una vez determinado este, se lleve a cabo el procedimiento legalmente previsto para dar cumplimiento al modo de gestión aprobado.
El alcalde habría justificado su decisión ante la próxima extinción de la prórroga del contrato de gestión y explotación, mediante concesión administrativa, del servicio de agua con Aqualia, que expira el 19 de junio, y por “estrictas razones de interés público”. Además, la propuesta incluiría, de conformidad con lo dispuesto en una de las cláusulas del contrato con Aqualia, posponer la reversión hasta la fecha en que se ponga fin a la continuidad de la misma en la prestación del servicio, ya que no puede prestarse el mismo sin las obras, instalaciones, mobiliario y enseres afectos al mismo y en consecuencia la liquidación del contrato.
Esta sería la solución que el equipo de Gobierno adoptaría a “contrarreloj” dada la falta de consenso existente en torno al futuro modelo de gestión del servicio, y ante la existencia de informes técnicos negativos en torno a la oferta presentada por la empresa provincial Emproacsa, todo ello, sin olvidar la demanda interpuesta por Aqualia al Ayuntamiento por entender que le correspondería una “prórroga tácita” del servicio por otros cinco años más, al considerar que el Consistorio no denunció el contrato en tiempo y forma, es decir, con un año de antelación.