Si hay una ciudad donde se vive con intensidad la Semana Santa, y más concretamente el Domingo de Resurrección, esa es Puente Genil. En el marco de un espléndido día primaveral, con una temperatura más que agradable, centenares de personas se han congregado en la zona centro de la localidad para presenciar el desfile procesional que ha puesto el gran broche de oro a la Semana Santa del municipio.
La antiquísima imagen de Nuestro Padre Jesús Resucitado, partió este año, como novedad, desde Las Cantarerias para así aliviar parte del recorrido, saliendo desde la Casa Hermandad de Nuestro Padre Jesús Preso.
Ya en el paseo del Romeral, con las cerca de 450 figuras bíblicas que representan diversos pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento, hemos podido disfrutar de una de las procesiones más visitadas y con sello propio a la Semana Santa pontanesa, constituyendo uno de los grandes alicientes turísticos de la procesión. La música corrió a cargo de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesus de los Afligidos y la Banda Sinfónica Liceo de Córdoba.
Además, el desfile del más de centenar de componentes de la Corporación del Imperio Romano, agrupados en sus seis escuadras, dio un plus de vistosidad a un recorrido que tomó el formato actual a mediados del siglo pasado, convirtiéndose en completamente imprescindible para todos aquellos que quieren conocer un poco mejor una de las tradiciones más arraigadas de la ciudad.
El origen de los rostrillos o figuras bíblicas, denominación esta última más popular y arraigada en el municipio, se remonta a mediados del siglo XVII, aunque por aquel entonces se hallaban ligadas a las Cofradías. Con el paso del tiempo estuvieron sujetas a las prohibiciones y decretos de las autoridades eclesiásticas, si bien comenzaron a alcanzar su esplendor a finales del siglo XIX, cuando progresivamente fueron asumidas por las incipientes Corporaciones Bíblicas, desfilando de manera intercalada entre las cofradías durante sus respectivas estaciones de penitencia. La popularidad que tienen es de tal calado que las figuras tienen a los niños como sus grandes valedores y muestran un carácter hasta cierto punto interactivo con el público, y es que, por poner algunos ejemplos, los pequeños suelen guardar recelo ante Los Jetones que fustigan a Jesús cargado con la Cruz, admiran con dulzura la oveja que acompaña al Buen Pastor o el gallo de Los Ataos, piden caramelos a Las Tres Marías, reclaman al lazarillo de Longinos que se suelte de su mano, o dejan alguna moneda en la túnica de Jesús Nazareno que portan varios soldados romanos.
El desfile del Domingo de Resurrección puso el punto y final a una Semana Santa marcada por una climatología muy agradable. El tiempo también ha sido un buen aliado para impulsar notablemente la economía local, y es que han sido muchos los pontanenses y visitantes que han salido masivamente a la calle para disfrutar del gran ambiente de estos días y, en el caso de hoy, de una procesión atractiva y espectacular que suele despertar un gran interés. Una procesión como las de antaño, foco de atracción para muchas personas procedentes de distintos puntos de la geografía nacional e incluso internacional.