La sesión plenaria de la Corporación Municipal del pasado viernes, justo a un mes vista de las elecciones, fue el perfecto reflejo de lo que ha sido la legislatura 2019-2023, cuatro años en los que, salvo alguna excepción, el desencuentro y la falta de entendimiento entre Gobierno y oposición ha sido la nota predominante de lo vivido y escuchado en las bancadas de Don Gonzalo,2.
Como era de esperar, Esteban Morales y Sergio Velasco volvieron a lanzarse reproches, esta vez a cuenta del incendio en la planta de neumáticos; y, como era de esperar, el gobierno tumbó una moción de la oposición con los habituales argumentos de que ya se está trabajando en los temas que se proponen. No ha sido un mandato de buen clima político. Demasiado desencuentro, demasiado choque, demasiados «calentones dialécticos», y demasiada palabrería vacía que llevó a algunas sesiones más allá de la medianoche.
El incumplimiento sistemático de los tiempos de intervenciones y la barra libre para otorgar turnos de replica por alusiones, no sólo obligaron a modificar el reglamento y adelantar la hora de comienzo de los plenos, sino que ha restado interés informativo a los mismos. Un pleno debe ser el lugar donde se debate sobre los problemas de la ciudad, algo que se olvida con las mociones teledirigidas desde arriba, y ni los turnos de ruegos y preguntas pueden ser mítines del concejal que las plantea, ni tampoco se debe obviar la responsabilidad del Gobierno de contestar a todas y cada una de las preguntas que se formulan.
Ha sido una legislatura tensa, extraña por la pandemia -que obligó a cambiar su formato llevando los plenos a la Casa de la Cultura- y con más desacuerdos que acuerdos. Prueba de ello es que el más importante, sobre la gestión del agua, llegó sobre la bocina tras varios años de discrepancias reiteradas. Quienes aspiran a representar políticamente a nuestra ciudad entre 2023 y 2027 tienen mucho trabajo por delante, pero sobre todo, deberían tener un objetivo común: hacer de la política local un espacio de consenso y entendimiento frente a la desafeccion y el desinterés que para muchos ciudadanos actualmente suscita.
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