La sequía está impidiendo la ejecución de las obras que permitan resolver la colmatación del embalse de Cordobilla, unos trabajos que llevan paralizados desde el 30 de septiembre de 2022. Así lo ha reconocido la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, y lo ha puesto de manifiesto el Gobierno central en respuesta a una pregunta formulada por el diputado del PP en el Congreso, Andrés Lorite.
El Gobierno explica que en esa fecha “se firmó el acta de suspensión temporal total de las mismas debido a la imposibilidad de aportar desde el embalse de Iznájar el caudal de agua suficiente tanto para poder movilizar los sedimentos que se irán dragando para formar el canal objeto de las obras como como para alcanzar la dilución a la que obliga la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para garantizar niveles de oxígeno y otros indicadores aptos para evitar la mortandad de peces”.
Con el embalse de Iznájar por debajo del 20%, “la situación, lejos de mejorar, ha ido empeorando y en los últimos tres meses (enero, febrero y marzo) prácticamente no se han registrado precipitaciones en toda la cuenca”, indica el Gobierno central, que añade que “durante el presente año hidrológico, además, tampoco ha circulado por el río Genil, durante un período de tiempo suficiente, el caudal de agua suficiente debido a escorrentías por precipitaciones que hubiera evitado el desembalse de agua desde el embalse de Iznájar”. “Por lo tanto, ante la imposibilidad actual de ejecutar el proyecto tal y como obliga la DIA en esta situación hidrológica, se mantendrán suspendidas las obras”, concluye la respuesta oficial ofrecida a Lorite. No obstante, desde la Confederación se señala que los técnicos “están estudiando otras alternativas de ejecución que independicen la extracción de lodos de los desembalses desde Iznájar, y que sean compatibles con la DIA y que serán propuestas al órgano medioambiental competente”, sin que por el momento se hayan desvelado.