Dos pontaneses jóvenes, que desde hace un año trabajan como enfermeros en Madrid y que están en primera línea en la ciudad española donde más está dejándose notar esta pandemia,
Nos cuentan que durante bastante tiempo hicieron doblete laboral entre una residencia de ancianos y el hospital, pero cuando todo este caos se desencadenó, el trabajo en la residencia se les hizo poco menos que insostenible y la historia que nos cuentan no es para menos.
Hablan de su profesión con verdadero cariño y emoción, eso que posiblemente es lo que hace que día a día se levanten, pese al cansancio y las jornadas extenuantes, con ganas de seguir echando una mano donde realmente más se necesita continuar «achicando agua».
Un verdadero ejemplo de que la gente más joven del mercado laboral tiene valores, ilusión, capacidad… y redaños para afrontar lo que les toque
Enhorabuena, chicos… nos veremos pronto por Puente Genil!