Dos de las consecuencias directas de la situación provocada por la declaración del estado de alarma, han sido la reducción de los niveles de recogida de residuos, y una drástica mejora de la calidad del agua. Con respecto a los residuos, éstos se han reducido de manera importante con respecto a las mismas fechas del año pasado. Así, según los datos proporcionados por la concejala de Medio Ambiente, Verónica Morillo, la recogida de residuos orgánicos bajó un 18% mientras que la de cartón también se redujo un 4%. Del mismo modo, los datos relativos a plásticos y envases experimentaron una tendencia a la baja. Morillo informó que esta bajada puede ser achacable a la reducción de las actividades comerciales y de hostelería, unida al cierre de los puntos limpios existentes en la localidad.
Por otra parte, en lo que se refiere a agua y depuración, la edil informó que en estas últimas semanas, y al estar la población confinada en sus domicilios, se ha apreciado una disminución de los picos de consumo que se venían dando durante el día. “Igualmente, en el caso de la depuradora, sí se ha apreciado una importante alteración de la calidad del agua, al haber disminuido en torno a un 40 ó 50% la carga contaminante por la disminución de la actividad industrial”, dijo Morillo, quien apuntó que también se han detectado alteraciones por el consumo de productos desinfectantes, apreciándose, al mismo tiempo, un incremento del número de toallitas e incluso guantes que están llegando a la depuradora, lo que supone un uso a todas luces inadecuado de estos materiales, generando con ello un problema medio ambiental”.
