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Francisco Sánchez (Director del Hospital): «Nuestra conducta debe ser responsable, esta epidemia no está superada totalmente»

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Francisco Sánchez Molina, director del Hospital de Alta Resolución de Puente Genil

Entrevistamos a Francisco Sánchez Molina, director del Hospital de Alta Resolución de Puente Genil, quien nos ofrece su punto de vista sobre todo lo que se ha vivido en el centro hospitalario a lo largo de las últimas semanas coincidiendo con la evolución de la epidemia de Covid-19:

¿Cuál es el balance o diagnóstico de situación que se hace desde el Hospital de Alta Resolución de Puente Genil tras unas semanas que imagino que han sido -y están siendo- muy complicadas desde el punto de vista de la actividad asistencial?

Han sido unas semanas bastante duras. Tened en cuenta que nos hemos tenido que enfrentar con escaso margen de maniobra a una situación que, aunque no deja de ser un proceso infeccioso como otros, tenía un comportamiento desconocido y una alta capacidad de contagio.  He de dar las gracias a todos los y las profesionales que trabajan en nuestro Hospital, médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería, celadores, administrativos, personal de mantenimiento y limpieza, centralita, seguridad, y personal de cafetería. Todos sin excepción se han volcado en asegurar una asistencia lo más eficiente, cálida y humana a todos nuestros pacientes. Al inicio con cautela y cierto miedo, como os puedes imaginar dadas las noticias que nos llegaban desde otras zonas de España, pero con responsabilidad y profesionalidad, buscando y mirando siempre a nuestros pacientes. 

     

¿Cómo se ha “transformado” el hospital para dar respuesta a la crisis sanitaria?

Desde los primeros momentos, se empezó a trabajar diseñando protocolos de actuación basados en las recomendaciones del Ministerio de Sanidad y de la Consejería de Salud y Familias, que incluían modificaciones en circuitos asistenciales, planificación de plantillas, cambios organizativos, que nos permitieran afrontar el aumento de la demanda por este tipo de pacientes, sin dejar a un lado cualquiera otro que pudiese solicitar asistencia. Este plan contemplaba varias fases atendiendo al número de pacientes que tuviésemos ingresados en aislamiento por COVID-19, ya que la carga asistencial es muy grande en este tipo de pacientes.

Las Consultas Externas, conforme aumentaban los casos, se fueron minimizando, manteniendo las primeras visitas o primer diagnóstico de procesos oncológicos y no demorables, el estudio de patologías graves u oncológicas y el seguimiento del embarazo. Nuestros especialistas han hecho seguimiento telefónico de los pacientes que estaban citados para revisión, dándoles indicaciones o citándolos presencialmente si lo consideraban necesario. Todo el personal de Consultas Externas y Quirófano se ha reubicado para dar apoyo a las Urgencias y planta de Hospitalización, que se han reforzado considerablemente. Aunque desde el inicio se establecieron dos circuitos asistenciales diferenciados en las Urgencias, un circuito respiratorio y otro general, en la fase de mayor incidencia  y dado que acudían un gran numero por síntomas respiratorio, se ampliaron las áreas asistenciales en urgencias, estableciéndose dos zonas separadas para estos circuitos, con el fin de minimizar los posibles contagios; una en la zona donde están las consultas de aparato locomotor y el gimnasio, que se dedicó a la zona general o limpia, y la otra, todo el área de urgencias para los casos sospechosos de COVID-19.

Por lo que hemos ido viendo, el virus se ha cebado con personas prácticamente de todas las edades, aunque es verdad que ha generado complicaciones entre quienes presentaban patologías previas. Por la atención que se ha prestado a los pacientes que han ingresado estos días en el centro hospitalario, ¿qué es lo que más ha llamado la atención de los profesionales a la hora de enfrentarse a una enfermedad de estas características?

Esta enfermedad ha afectado fundamentalmente a nuestros mayores, pero también se han visto implicados adultos jóvenes, de cuarenta y cincuenta años. En estos, la evolución era más rápida, llegando en ocasiones a afectar tanto al sistema respiratorio, cuyo tratamiento ya no podíamos llevar a cabo en nuestro centro por nuestras características, por lo que requirieron traslado para su ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital de referencia. Ha sido difícil trabajar con las medidas de protección. Antes de entrar en cada habitación tenían que ajustarse guantes, bata impermeable, mascarilla de alta protección y gafas de protección para evitar las posibles salpicaduras con las gotitas de saliva, gorros, etc. Con el paso de los días se hacían evidentes en sus caras el uso de estos elementos. Ha sido duro.

Los profesionales sanitarios suelen estar acostumbrados a lidiar con todo tipo de escenarios, pero este contexto los ha situado en la primera línea del frente. ¿Cómo ha respondido la plantilla del Hospital de Alta Resolución ante un momento tan excepcional?       

Son unos profesionales excepcionales. Solo me cabe destacar el orgullo de formar parte de este grandísimo equipo. Todos, sin excepción, se han puesto a disposición de colaborar en lo que precisase. Unos, como los especialistas, trabajando desde sus casas en el seguimiento de pacientes. Otros como el Dr. Bernardo Marín y la Dra. Ana Palomares, llevando la planta de hospitalización a diario, incluso los fines de semana, junto con los médicos de urgencias. El personal de enfermería (Enfermeras y Auxiliares) de Consultas Externas y Quirófano reforzando las Urgencias y la Hospitalización y todo ello coordinado, de manera magistral, por Inmaculada López, nuestra Coordinadora de Cuidados de Enfermería, y las supervisoras Asun Vázquez, Charo Montilla y Carmen Rodríguez, que se han desvivido reorganizando todo su personal. Y nuestros médicos de urgencias, grandísimos profesionales que, con su esfuerzo, tesón, continua actualización en todo lo referente a la pandemia, diagnóstico y tratamiento, han mantenido un altísimo nivel asistencial en todo momento.  Además de esas personas que han estado en primera línea, el resto de las áreas de soporte ha hecho que, junto con los profesionales sanitarios, el hospital consiguiera funcionar como el engranaje de una máquina perfecta: Prevención de Riesgos Laborales, Servicios Generales, Aprovisionamiento, Informática, Recursos Humanos, y todos los demás sin querer dejarme a nadie, junto, por supuesto, al personal de las empresas externas.

     

¿Cuál es la ‘hoja de ruta’ del hospital para afrontar la desescalada o ‘vuelta a la normalidad’? ¿Cómo se va a ir recuperando la agenda de las diferentes especialidades para ir compaginando los pacientes que ya tenían cita fijada de antemano para los próximos días, con la de los pacientes que las tenían en estas semanas pasadas y no han podido acudir a las consultas?

Tenemos planificada la atención en el hospital afrontando la vuelta a la normalidad de una manera escalonada, y siempre que los niveles de afectados estén controlados. La atención en consultas de aquellos pacientes que se consideraron no demorables o afectos de procesos oncológicos no se ha suspendido. En esta semana y en las próximas se van a ir abriendo paulatinamente las consultas externas, priorizando las primeras visitas, para en unas semanas estar ya funcionando con normalidad. En estas primaras fases, estamos citando con intervalos mayores de lo habitual, con el fin de que no se concentren pacientes en las salas de espera, aunque genere retrasos buscamos minimizar los posibles contagios y guardando las indicaciones del Ministerio de Sanidad y la Consejería de Salud y Familias.

¿Cómo valora esos datos locales de infectados por Covid 19 en el contexto de nuestra comarca y de la provincia?

Son datos similares a otras zonas, si bien el descenso de nuevos casos nos lleva a ser optimistas en el desarrollo de la pandemia en nuestra comarca, eso sí, siempre que no abandonemos los hábitos correctos de prevención y protección por parte de la ciudadanía, que han llegado para quedarse.

A nivel municipal y desde que se decretó el estado de alarma, el Ayuntamiento creó una comisión de coordinación para la seguridad que hace un seguimiento diario de la situación. ¿Cómo está siendo la sintonía y el grado de colaboración entre el Hospital y el Ayuntamiento?

El comportamiento del Ayuntamiento de Puente Genil en pleno ha sido y es ejemplar. Solo me caben palabras de agradecimiento porque se han volcado brindándonos todo su apoyo tanto en recursos, han realizado varias sesiones de desinfección en los alrededores, como en difusión de recomendaciones.

Puente Genil es un municipio muy hospitalario y bastante solidario. ¿Cómo se ha vivido desde dentro esa ola de solidaridad de la ciudadanía traducida en las numerosas donaciones que se han hecho al Hospital?

Con un sentimiento enorme de gratitud. Han sido y siguen siendo innumerables las muestras de solidaridad que venimos recibiendo de ciudadanos particulares, asociaciones, empresas, organismos oficiales y un largo etcétera. Desde mascarillas, guantes, monos o batas impermeables hasta cenas solidarias, productos para el desayuno, etc. Puente Genil siempre ha sido una población con un gran corazón lleno de solidaridad, y en estos momentos lo han hecho aún más patente.

Está claro que todavía no hemos superado la pandemia. Como director del hospital, ¿qué es lo que más le preocupa de cara a este nuevo escenario?

Lo que me genera mayor preocupación es que los ciudadanos nos relajemos y reaparezca un nuevo brote. Ya hemos visto de lo que es capaz el coronavirus y debemos mantener todas las precauciones para evitar que reaparezca. Nuestro Hospital ya tiene diseñado todos estos escenarios, por si ocurriesen ahora o más adelante. A partir de ahora, esta experiencia nos ha servido para contemplarlos y anticiparnos a ellos, previendo un escenario distintos niveles de actuación en función del número de casos.

¿Qué mensaje le gustaría trasladar a los vecinos de Puente Genil en el escenario actual de crisis sanitaria y qué les pediría a partir de ahora?

Un mensaje de tranquilidad, pero también de responsabilidad. Aún no está totalmente superada esta epidemia. Si llevamos una conducta responsable y solidaria, podrían existir casos, pero creo que no en la medida en que los hemos sufrido, y su atención no pondría en peligro la estabilidad y capacidad de respuesta del sistema tanto sanitario como social.

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