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Bendecido un nuevo cuadro de los beatos mártires de Puente Genil, obra del pintor Felipe Herreros

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El pasado domingo, 22 de octubre, la Archicofradía del Santísimo Sacramento celebró la función religiosa de renovación de la consagración de Puente Genil al Sagrado Corazón de Jesús, hace ahora 79 años.

Durante la misa, fue bendecido el cuadro que la parroquia de Nuestra Señora de la Purificación había encargado al pintor de Villanueva del Arzobispo, Felipe Herreros Rodero, representando a los catorce mártires de Puente Genil beatificados por el Papa Francisco en noviembre de 2020, en la ceremonia de beatificación que tuvo lugar en la Catedral de Córdoba el 16 de octubre de 2021. Se trata de un cuadro de grandes dimensiones donde quedan retratados con multitud de detalles todos los mártires: el párroco y cuatro coadjutores de la parroquia de la Purificación, tres frailes franciscanos del convento de Ntra. Sra. de la Victoria, tres seminaristas y tres laicos.

El cuadro se colocó presidiendo el altar mayor de la parroquia el día de la función religiosa que estuvo presidida por el sacerdote José Manuel Gordillo Márquez, párroco de Nuestra Señora de la Purificación, y concelebrada por el Fray David Larrea Elorza (OFM), del convento franciscano de Madre de Dios de Lucena y Fray Luis Eduardo Guillén Portal (OFM), del convento de San Francisco de Estepa. 

     

Al término de la celebración, los asistentes fueron obsequiados con un bello díptico que reproducía y explicaba el cuadro

Descripción del cuadro

Realizado a lo largo del año 2023 en óleo sobre lino en formato 310 cm de largo x 215 cm de alto, representa a los 14 Beatos de Puente Genil, martirizados en la persecución religiosa de 1936. Se terminó de pintar el 12 de octubre de 2023, solemnidad de la Virgen del Pilar.

La obra muestra a los Beatos en adoración en torno al altar donde se expone a Jesús Sacramentado en la custodia de plata y esmaltes perteneciente a la Adoración Nocturna de la ciudad y junto a ella, sobre la mesa de altar, la palma, símbolo identificador del martirio sufrido. De fondo, el Sagrado Corazón de Jesús —muchos murieron dando vivas a Cristo Rey— y la fachada de la Parroquia Mayor de Nuestra Señora de la Purificación, que es la que ha encargado la pintura y a cuya jurisdicción eclesiástica pertenecían trece de los catorce beatos.

Tras hacer un estudio de sus biografías, se aprecia que la mayoría de los Beatos pertenecían bien a la Adoración Nocturna Española, bien a la Archicofradía del Santísimo Sacramento, o a ambas, razón por la que Cristo Eucaristía y el Sagrado Corazón de Jesús son el eje central de la composición.

Los Beatos se dividen en 4 grupos. Por un lado, el clero sacerdotal se presenta revestido con alba de puntilla y estolas a la usanza de la época, éstas son de color rojo, símbolo de la sangre martirial derramada. De izquierda a derecha y de pie, se han pintado a los coadjutores de la parroquia: los beatos Alfonso Gallardo Moreno, José Pineda Cejas, Ricardo Morales García —que por ser capellán de la ermita, hoy santuario, de Jesús Nazareno, porta una réplica en orfebrería del «Terrible»— y Lorenzo Pérez Porras, destacando sobre todos ellos el párroco, el beato Juan Lucena Rivas, con casulla y la Imagen de la Titular de la parroquia en sus manos, la Virgen de la Purificación.       

De izquierda a derecha y arrodillados vemos a los tres seminaristas: los beatos Antonio Montilla Cañete, José Ruiz Montero y Manuel Montilla Cañete, revestidos con dalmáticas, a modo de acólitos, ofreciendo incienso al Señor.

     

En el otro lado encontramos en la fila superior, de izquierda a derecha, a los tres frailes franciscanos (OFM) del convento de Nª Sª de la Victoria de Puente Genil en actitud devota: los beatos Buenaventura Rodríguez Bollo —guardián del convento, profesor y Definidor Provincial—, Domingo Montoya Elorza —vicario del convento y maestro en la escuela de niños de la comunidad franciscana— y José Roig Llorca —maestro, portero y sacristán del convento. Por último, en la fila inferior, los tres laicos: de izquierda a derecha, las beatas Adriana Morales Solís —terciaria franciscana, velada y con un rosario en las manos— y María Antonia Vergara Melgar, también con velo y sosteniendo una imagen de la Virgen de las Angustias de la que era devota y, por último, cerrando la composición, su esposo, Francisco de Paula Ortega Montilla, mostrando la banda de la Archicofradía del Santísimo Sacramento, atributo propio de su condición de cofrade mayor de la misma en el momento de su martirio y con un cirio encendido en la mano izquierda, simbolizando la llama de la fe.

Todos los Beatos están basados en las fotografías que se conservan de los mismos, algunas borrosas y de escasa calidad, que han supuesto un verdadero trabajo de reconstrucción y, la beata de la que no se conservaba imagen alguna, aparece de perfil sutilmente velada en su representación.

La obra supone un estudio mimético de telas, encajes, bordados y orfebrería, pero sobre todo muestra un momento de plena unción, latente en las miradas de los Mártires, las cuales subrayan la atmósfera aérea, haciendo atemporal la representación.

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