Como es tradicional, el acto de pegada de carteles se convirtió, en la medianoche del jueves al viernes, en el pistoletazo de salida de la campaña electoral. A pesar de ser sólo cuatro los partidos que participan en los comicios, la cita estuvo muy concurrida y no ya por la presencia de los 21 candidatos de cada lista, sino también por la asistencia de militantes de base y simpatizantes que aprovecharon la ocasión para apoyar a sus cabezas de lista y observar detenidamente lo que hacían los contrarios.

Y es que a pesar de la camaradería, se miraba con el rabillo del ojo cada gesto, cada movimiento y cada comentario del vecino de al lado. Morales y Velasco se subieron al unísono a sus respectivas escaleras para estampar sus carteles. Después fue Toñi Gallardo y por último Jesús David Sánchez. Los cuatro dieron paso a una especie de competición donde los números dos de cada lista subían en paralelo a estampar los rostros de sus alcaldables, jaleados por sus compañeros y previa foto para redes sociales. A alguno y alguna se le notó muy poca maña en la colocación de los carteles, poniendo de manifiesto que quedan lejos aquellos tiempos de antaño donde la estampación era un verdadero arte, producto también de las ansias de democracia propias de la época.

Ahora, entramos en la recta final hasta el 28M y toca pelear por cada voto como si no hubiera un mañana. Llamando a las puertas de los domicilios, echando propaganda en los buzones, abordando a los vecinos en cualquier zona concurrida…. Todo sea para ganarse la confianza a última hora, en el último momento, como los estudiantes que se despiertan de madrugada a repasar antes del examen final. 

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