Desde el foro, nos han enviado a la redacción de SoloPuenteGenil una «carta abierta» para ser publicada más como una reflexión en voz alta que como otra cosa. Una persona que aunque la firma, no pretende mostrar su nombre porque en sus propias palabras «no es lo importante en este caso». Y es que a fin de cuentas, estamos seguros de que mucha gente podría colocar su nombre bajo la firma en un momento dado. Aquí dejamos el breve texto en su integridad:
«Hola, tengo una hija con poco más de 14 años, un poco tímida e introvertida y aunque está mal que yo lo diga, creo que es una muy buena chica y en el futuro será una muy buena adulta.
A lo largo de su infancia no ha tenido mucha suerte haciendo amigos, ya que siempre, por un motivo u otro, la cosa se le acababa torciendo y la amistad no terminada de fraguar o sencillamente, no llegaba a producirse porque ese primer paso de «romper el hielo» y esas barreras intangibles que todas las personas tímidas colocan frente así, impedía que llegara a nada. No es fácil la soledad para nadie, pero mucho menos cuando se trata de niños o adolescentes que lo que más valoran es la interactuación con iguales para ir aprendiendo o fabricando sus propios roles sociales.
Desde hace unos meses, ya en el instituto ha empezado a tener una pequeña pandilla, la primera vez en mucho tiempo, unos chicos que estudian aquí aunque no viven en Puente Genil y unas chicas que viven circunstancialmente aquí por motivo de trabajo de sus padres, pero que durante las fiestas se van fuera y pierden la posibilidad de verse de otro modo que no sea videoconferencias y demás.
Con todo esto, desde que terminaron las clases no sale de casa más allá de lo que lo hace con nosotros, pero claro, no es lo mismo. Se cierra aún más y para no preocuparnos lleva la tristeza de la soledad, que ya pensaba había desterrado, lo más adentro posible, aunque los signos son más que evidentes. Desde principios de diciembre nos preparaba preguntas inocentes pero que se les veía toda la intención: «¿tenéis amigos con hijos de mi edad… podríamos quedar para conocerlos?». Vivimos en tiempos en los que lo más importante parece proyectar nuestra visa en redes sociales, una vida que en muchas ocasiones es artificial y llena de «filtros de Instagram», pero cuando lo que realmente demanda una adolescente es solo eso, simple amistad, igual es que algo no estamos haciendo bien como sociedad.
Parece raro, pero me dice que si tuviera que hacer hoy día la carta a los reyes magos que hacía de pequeña, lo único que pediría sería «tener amigos con los que poder salir».
Da que pensar, la verdad. Gracias por leerme»