En una población con más de 30.000 habitantes como es Puente Genil, las personas que participan activamente del mundo de la Semana Santa no llegarán ni al tercio de la población. Estar en tres o cuatro cofradías, además de tu corporación. Trabajar y participar en varias juntas directivas simultáneamente es algo muy común en la Mananta. Pero siendo así, y a pesar de esto, las cofradías y corporaciones bíblicas en nuestro pueblo no sólo centran su actividad en Cuaresma y Semana Santa. Los pontanenses no sólo utilizan estas asociaciones para el tiempo en el que, en teoría, su actividad es más intensa, sino que las cofradías, hermandades y corporaciones bíblicas de Puente Genil sirven de hilo conductor para la cultura y sociedad de nuestro pueblo; convirtiéndose en motor fundamental en estos aspectos tan importantes para el ser humano. De ahí su importancia.
Si nos olvidamos de las lógicas celebraciones de cultos, días de Semana Santa y distintos actos ordinarios que cualquier cofradía (o corporación) de cualquier lugar debe celebrar, la Mananta es un sustento fundamental para la sociedad y cultura pontana. Por esta razón no se entiende a Puente Genil sin el mundo de la Semana Santa. Y recalco «mundo» porque no sólo me refiero a lo que se sobreentiende de su actividad, sino que abarca una dimensión que afecta al día a día de una población de tal tamaño como la nuestra.
Conciertos de diferente índole y estilo, exposiciones pictóricas, fotográficas, orfebrería, escultura. Hechuras de homenajes a pontanos ilustres, dar a luz libros que quedarán para el patrimonio local o bien recuperar ediciones desaparecidas. Restauraciones de iglesias, retablos, cuadros. Conferencias, certámenes y concursos. Un sin fin de trabajos salidos de las entrañas de cualquier cofradía o corporación que les supone trabajo, tiempo, dedicación y dinero; todo ello con la única finalidad de engrandecer el patrimonio y la cultura de Puente Genil. Porque Puente Genil somos todos.
En la sociedad, la Mananta, también es pieza fundamental para el mantenimiento de costumbres, fiestas y tradiciones.
No sólo en Semana Santa se pueden ver como protagonistas a estas asociaciones sin ánimo de lucro, sino en otras diferentes celebraciones de mucha tradición y que, sin ellas estarían, sin duda alguna, heridas de muerte. La Feria Real, Cruces de Mayo… son fiestas «de siempre» que estuvieron en horas muy bajas y que cofradías y corporaciones participan de forma muy activa y ofrecen, además de mantener la tradición, ocio para Puente Genil.
Ahora se acerca la Navidad; una fecha en que Puente Genil, por la iluminación artística es uno de los centros neurálgicos de nuestro país. Si observamos fríamente, también la Mananta, está inmersa en esta fechas de tanta celebración y afluencia de público en Puente Genil. La cultura y el ocio se unen en nuestra exposiciones de Belenes donde el mundo de la Semana Santa ocupa la mayor parte de la oferta disponible en la calle. Candelas, «Zambombás», etc… Y la Cabalgata, como no. Siendo un desfile protagonizado, en gran parte, por cofradías y corporaciones bíblicas. Un espectáculo para el disfrute de Puente Genil, en ocasiones muy criticado, y en el que el costo de cada carroza para ese desfile es muy costoso y eminentemente sale del bolsillo privado de esas personas de «este mundo».
Y como no, hablar también de la acción social, la solidaridad que se presupone, pero que no es obligada, y que también forma parte importante de la agenda de la Mananta.
En definitiva, como dije al principio, el mundo de la Mananta es motor fundamental en el día a día de nuestro pueblo.
Para su sociedad y para su cultura. En muchas ocasiones de forma acertada, en otras no, como también puede ser lógico. El valiente; el que propone, se atreve y hace, es el que se equivoca. El que sólo mira, observa y critica, sólo puede hacer eso, intentar poner zancadillas. ¿Para qué intentar cambiarlo desde el trabajo?
¿Cómo sería Puente Genil sin el mundo de la Mananta? Diferente. Con una sociedad y una cultura muy distinta. No sabremos si mejor o peor, seguro que distinta. Tampoco pienso en ello en demasía porque amo a mi pueblo y me gusta Puente Genil tal como es. Con lo bueno y con lo mejorable.