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Compañía de María, ejemplo de comunicación en la era COVID.

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Estaba claro que cuando nuestros hijos empezaron las clases hace unas semanas, sería cuestión de tiempo en que llegaran los primeros casos positivos por COVID-19 en el colegio.

Un momento que no por esperado, deja de conllevar una problemática compleja, por la preocupación y la alarma que un positivo ocasiona y porque los padres sacamos los dientes cuando se trata de nuestros hijos.

Una vez se da un caso, se plantean una serie de problemas que más o menos están protocolizados y estudiados por los equipos directivos, pero además de tener que ponerlos en práctica, hay que pensar en algo que a lo mejor no estaba tan claro: cómo contarlo. 

     

En el caso de Compañía de María (hablo de este colegio porque es el mío), la política de comunicación en cuanto a la pandemia se refiere está siendo EJEMPLAR.  

Desde que empezaron las clases de nuevo (bendita normalidad, sobre todo para los niños), han propuesto hacer un ejercicio de TRANSPARENCIA con todas las consecuencias.

Los casos aparecidos hasta el momento, contados con los dedos de una mano (y sobran dedos), han sido comunicados al instante tanto a los compañeros de sus clases y grupos de convivencia, como al resto de padres del colegio. Se han comunicado los positivos, se ha explicado el protocolo, se ha vuelto a comunicar la respuesta del SAS… y así, con cada uno.

Lo positivo de todo esto es que los padres estamos tranquilos, porque sabemos que nuestro colegio nos mantiene informados, porque vemos cómo se llevan a la práctica los protocolos establecidos y sobre todo, porque vemos que éstos funcionan. Estamos tranquilos porque siempre se nos informa de una manera rápida y veraz.

Agradecemos, y creo hablar en nombre de la mayoría, la transparencia y la rapidez en la comunicación, siempre claro está, cumpliendo la ley en materia de protección de datos.

Y gracias a esa eficacia, se evitan bulos, se cortan de raíz las habladurías y se impide que la realidad, por intentar ser ocultada, llegue sesgada y mutilada por el boca a boca.       

Se tranquiliza a las familias, que en estos momentos de paranoia, no es poco.

     

Pero esta forma de actuar, también focaliza la atención mediática en el centro, y lo convierte en la diana de los comentarios de las redes sociales. Y ya sabemos cómo se las gasta la gente en las redes sociales…

Pero si ponemos una y otra cosa en la balanza, ésta siempre se decanta por el lado de la información veraz, de la verdad tranquilizadora, de la comunicación directa.

Por eso desde este púlpito y con estas líneas, os doy las gracias en nombre de muchos padres por vuestra valentía, vuestra profesionalidad y el acierto de transmitir, para seguridad y tranquilidad de todos, basando vuestra política de comunicación, con todas las consecuencias, en la TRANSPARENCIA.

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