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Contra la inseguridad ciudadana (I) – Sensaciones

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Atención, artículo sensible, un poco largo y en dos partes… yo recomendaría leer entero (y ambos fascículos) antes de disparar indiscriminadamente, ¡gracias! (enlace a la parte II https://solopuentegenil.com/contra-la-inseguridad-ciudadana-ii-sobre-la-policia-local)

Como todos sabemos, estamos pasando por una época de gran inseguridad ciudadana en Puente Genil, “ya no se puede estar tranquilo”, “nada más que hay mangantes”, “esto antes no pasaba” (nota: escribir un artículo dedicado a “lo de antes”), “los niñatos no tienen respeto a nada”, “pues a mi cuñado la semana pasada…” Y un sinfín de frases que nos tatúan a fuego esa sensación de inseguridad.


Pues igual la palabra clave es esa, “sensación”. Y es que no se a ti, pero en mi caso, un tema empieza a ser realmente relevante cuando me toca de lleno o de cerca al menos. Hay una oleada de robos cuando me roban a mí, a un alguien conocido o al menos en mi barrio o en mi polígono. 

     


“La sensación de seguridad que cada uno tengamos depende mucho de lo que nos ocurra cerca”


Recientemente ha habido varios robos en polígonos y urbanizaciones, de los bien organizados, “con papeles”, sabiendo el intríngulis de tan poco noble oficio, tanto en la Cañada de la Plata, en La Ribera de San Luis, en el Polígono Huerto del Francés, en algún cortijo cercano… Visto así, bien podríamos encontrarnos ante una alerta sin precedentes por la inseguridad ciudadana… Pues lo cierto es que sí y no. Es cierto que es una alerta (y grande), pero las estadísticas lo que dicen es que no deja se ser un pico muy puntual y que lamentablemente, una vez pasado, es difícil prever el próximo.

La estadística, que es esa ciencia imperfecta que cuando se lee mal nos dice que con un señor “gordo como un sollo” y tres que están famélicos, tenemos un sobre peso moderado de los 4… nos dice que nunca hemos tenido una época con menos delincuencia que la actual en nuestro bendito pueblo, pero eso sí, la sensación de inseguridad no nos la quita nadie.

Amigo, si te ha tocado a ti (o si me hubiera tocado a mi), lo de la estadística no es que no me consuele, es que hasta me fastidia “por qué yo…con la de gente que hay… ”, pero cuando dejamos lo personal a un lado y hablamos de lo colectivo, que en esos momentos es como pedirle paciencia a un dóberman con un mal día, nuestro drama no es necesariamente indicio de peligro para todos.

Independientemente de las sensaciones, hay una serie de datos objetivos que, si no los tenemos en cuenta, nos estamos haciendo trampas al solitario… Y si no los analizamos con frialdad, además estamos cambiando las reglas del juego sobre la marcha para que al tirar la moneda nos salga cruz sí o sí y la cosa nos de sensaciones aún más terribles (que alguien llame a Piqueras)


“Más allá de las sensaciones que tengamos, parece que la estadística nos dice que somos mucho más seguros que antes ”


Vivimos en un pueblo que durante años ha ido luciendo por la comarca con muy poco orgullo, el sambenito de “sitio conflictivo” y “cuna de camellos”, que si bien pudo haber tenido mucho sentido hace años, poco o nada se parece a lo que nos encontramos a día de hoy. Los años en los que por las calles nos encontrábamos un desfile sin fin de “jinetes a la búsqueda de su caballo”, con los ojos muy abiertos y los antebrazos expectantes de buenas noticias, no es que hayan pasado por completo, pero sí nos queda el consuelo de que ha bajado hasta estar a la altura de la media de nuestro entorno (si es que tan pírrico consuelo sirve a alguien).


La disminución de tantos “caminantes” casi como los de la serie, se nota directamente en los pequeños robos, hurtos y agresiones y demás, provocados por la prisa del “relámpago en vena” como diría “un señor de Úbeda”. A eso suele llamarse criminalidad de perfil bajo, pero a todos nos alarma una barbaridad por lo presente que suele estar. El problema es que la memoria es corta (o vaga) para según qué cosas y ahora, a golpe de publicación en el SoloPuenteGenil, nos llega cualquier incidente hasta lo más hondo, cuando antes no habría tenido más repercusión que en ámbito cercano del que lo sufría.       


“La criminalidad por tráfico y consumo de drogas en Puente Genil, ha bajado sensiblemente, aunque debe bajar más… ”


Yéndonos más a lo concreto y actual, en Puente Genil tenemos dos grandes “núcleos de población en riesgo de exclusión social, con un índice de delincuencia por encima de la media, necesidades particulares de actuación, grandes áreas de mejora…” o el eufemismo que les haga sentirse más políticamente correctos… Donde las estadísticas se disparan y que suponen un problema distinto al del resto de la localidad… Más allá de esas zonas, parece ser que cuando buceamos en los datos, no nos va nada mal, aunque todo es opinable, claro.

     


Por supuesto está el asunto del fenómeno de los últimos años con el alumbrado navideño y el consecuente crecimiento espectacular de turismo de cercanía durante el mes de diciembre… Y lo que eso supone: más gente en el mismo sitio, más complejidad de organización, tráfico colapsado, mayor riesgo de roces, mayor posibilidad de delincuencia de perfil bajo… Lo habitual para cualquier ciudad turística, pero que a Puente Genil lo coge con el pie cambiado y sin la infraestructura típica de las localidades turísticas, porque evidentemente no lo somos, aunque ejercemos ese papel durante un mes al año (el mismo mes que todos los pueblos necesitan refuerzos, por cierto, así que no podemos pedir que vengan a echarnos una mano).

Y para luchar contra la inseguridad ciudadana… Pues tenemos tanto a las FFCCSE, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (el acrónimo no ayuda), como a la seguridad municipal… En nuestro caso, se resume en el día a día en: policía local y guardia civil, según sea el asunto a tratar.

Ahora tocarían las grandes preguntas, para un pueblo de más de 30mil habitantes y 7 aldeas, varios núcleos rurales, un par de polígonos fuera del casco urbano… ¿tiene suficiente dotación de seguridad? ¿funciona bien lo que tiene? ¿se puede mejorar? ¿tienen medios? ¿son eficaces?… Fáciles preguntas, difíciles respuestas. En lo que toca a la guardia civil, de competencia nacional, creo que tocaría un artículo completo cuando se produzca el cambio de ubicación del cuartel, que con un poco de suerte ocurrirá dentro de dos o tres reformas más (esperemos).


“No está mal preguntarse si para un pueblo con la extensión de Puente Genil está suficientemente dotado de seguridad”


Y antes de pasar al siguiente punto (policía local), igual habría que mirarse “una mijita” el ombligo y hacer también algo por nosotros mismos… porque sí, todos pagamos impuestos y todos tenemos nuestros derechos, pero una cosa no está reñida con la otra, que siempre podemos poner algo de nuestra cosecha (además de continuar exigiendo, claro). Una pegatina «gorda» (sin dar más datos de la cuenta), que diga “saluda a cámara” hace más por la seguridad de una tienda que una multa (aún más gorda) si pillas al de las manos largas.

Eso sí, según me decía alguien con bastante criterio, mejor un cartel genérico, que el de la empresa de alarmas de turno, que no es cuestión de dar más pistas de las estrictamente necesarias al amigo de lo ajeno… Porque serán todo lo malas personas que quieran, pero de tontos, ni un pelo.

En fin, que no sé a ti, pero a mí en muchas ocasiones, la frase de “tengo derecho a…” me suele sonar como el peatón que tiene preferencia en un paso de peatones y se tira como José Tomás delante de un morlaco de 500 kilos… que sí, majete, que derecho tienes, que la valentía se te reconoce, pero que si el objetivo es estar seguro… igual toca poner también un poco más de nuestra parte, que no es que no me fíe de lo que puedan hacer los de más, es que me fío más de lo que pueda hacer yo.

(Continúa el 1.1.2020 a las 16:30h para ser exactos ?)

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