Un total de 331 mayores de Puente Genil recibieron algún tipo de apoyo y compañía por parte del voluntariado de Cruz Roja el pasado año, doce meses que estuvieron marcados por la pandemia y por el aislamiento social al que especialmente este grupo de población se vio obligado por su mayor vulnerabilidad a los efectos del Covid-19. Ante ello, el personal de la organización humanitaria ha trabajado durante todo 2020 –y lo sigue haciendo- “para que el distanciamiento social no se convierta en aislamiento y soledad”, según explica la responsable provincial del programa de Atención a personas mayores de la entidad, María Torralbo.
Entrega de alimentos y medicinas a domicilio, seguimiento telefónico, apoyo psicosocial, acompañamiento al hospital y talleres de envejecimiento saludable son algunas de las actividades que Cruz Roja ha llevado a cabo con este grupo de población. Y es que, tal y como recuerda Torralbo, a lo largo del pasado año “el trabajo con personas mayores ha sido una prioridad para nuestro voluntariado, haciendo sobre todo hincapié en el ámbito rural”.
Prueba de ello es que este grupo de población ha sido uno de los principales focos de intervención del plan ‘Cruz Roja RESPONDE’ frente a la Covid-19, que se puso en marcha nada más estallar la crisis en marzo. Pero algunas de esas actividades ya se realizaban antes de que comenzara la crisis del coronavirus, puesto que combatir la soledad de las personas mayores es una de las líneas estratégicas del trabajo diario de Cruz Roja, que a través de sus distintas iniciativas orientadas a este grupo de población trata de fomentar una vida activa y saludable y las relaciones sociales. No en vano, la organización tiene una amplia trayectoria en relación a la prevención de la soledad de las personas mayores, conoce la situación de este sector de la población, sus necesidades y dificultades, su potencial y sus posibilidades. Y actúa para evitar cualquier tipo de situación de exclusión social pero también cuando estas se producen.
En definitiva, las personas mayores son una prioridad para la entidad, que en apenas un lustro ha cuadriplicado el número de personas atendidas a través de diferentes proyectos encaminados a paliar la soledad, prevenir el maltrato, el abuso o la negligencia, fomentar un envejecimiento activo o favorecer la autonomía de las personas para permanecer en su entorno habitual, entre otros. A través de proyectos como “Atención integral a personas mayores” o “Atención a personas cuidadoras”, la organización ofrece acompañamiento a quienes viven solas, fomenta un envejecimiento participativo y mitiga el riesgo de sufrir situaciones de dependencia, con todo tipo de actividades que animan a adoptar hábitos saludables y la autonomía personal. Estos proyectos cuentan con financiación de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, a través de los fondos procedentes de la asignación tributaria del 0,7% del IRPF, que se consignan marcando la casilla de “Actividades de Interés Social” de la declaración de la Renta: la llamada “x solidaria”.
Asimismo, Cruz Roja promueve otros servicios para las personas mayores, como la teleasistencia (domiciliaria, móvil y el localizador para personas con deterioro cognitivo) o los proyectos ‘Buen Trato a las Personas Mayores: Promoción del trato adecuado y protección frente al maltrato” y “Atención a personas en proceso de envejecimiento”, ambos con fondos provenientes del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.