Algo más de 400 personas que viven en distintos asentamientos de inmigrantes en la provincia recibieron, durante el primer semestre del año, el apoyo del voluntariado de Cruz Roja.
En estos primeros seis meses del año, el personal de la institución humanitaria ha visitado tanto los 16 campamentos que hay, a día de hoy, repartidos por la capital, como otros enclaves similares en puntos de la provincia como La Carlota o Puente Genil.
La diferencia principal entre unos y otros radica en que, mientras los primeros son asentamientos más o menos estables, los de la provincia son más provisionales, pues suelen estar habitados por trabajadores temporeros de diferentes campañas agrícolas.
“Las personas que viven en asentamientos son uno de los grupos de población que han sufrido una situación de mayor vulnerabilidad durante la pandemia, especialmente durante los meses del confinamiento. Desde nuestra entidad hemos tratado de estar siempre cerca de ellas, y lo seguimos haciendo ahora”, explica Eva Arévalo, trabajadora social del programa de Inmigrantes de Cruz Roja.
Para esta labor, la institución humanitaria cuenta con el apoyo de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación –que financia dos proyectos en los que se trabaja con este colectivo, el de ‘Atención a personas vulnerables en asentamientos’ y el de ‘Integración de inmigrantes’- y del Ayuntamiento de Córdoba, con quien tiene suscrito un convenio para abastecer de agua cada quince días aproxidamente a un asentamiento de la capital que carece de acceso a agua potable.
En el marco de estos proyectos, Cruz Roja ofrece una atención socio-sanitaria a los inmigrantes y favorece su acercamiento a los recursos sociales normalizados; de hecho, en muchas ocasiones se les acompaña y se les asesora para la tramitación de documentos tales como el pasaporte, el NIE o la tarjeta sanitaria.
De igual modo, en dichas visitas la organización les reparte material de ayuda humanitaria, entre el que se incluyen mantas, kits de higiene y de prevención frente al Covid-19 o productos materno-infantiles.
Asimismo, el personal de Cruz Roja distribuye, en sus visitas a estos campamentos, diversos alimentos no perecederos, como pasta, harina, atún, leche o tomate, así como juguetes para los menores cuando se acercan las fechas navideñas.
En el primer semestre, el voluntariado de la institución humanitaria ha atendido en la capital a 289 personas (casi todas de origen rumano, 110 de ellas menores de edad), y a otras 130 (en su mayoría magrebíes) en distintos asentamientos para temporeros en La Carlota y Puente Genil surgidos a raíz de la campaña del ajo.
Este trabajo en los asentamientos es sólo uno de los diversos proyectos que desarrolla la entidad dentro de su programa de atención a inmigrantes, cuyo objetivo general es hacer frente a las causas generadoras de vulnerabilidad en este grupo de población, al tiempo que se le proporciona toda la ayuda necesaria para llevar una vida digna y lograr su plena integración en la sociedad de acogida.