Monseñor Demetrio Fernández ha hecho público este sábado los nuevos nombramientos de la Diócesis de Córdoba. En total, se producen 34 cambios de destinos de sacerdotes, incluyendo los nuevos encargos pastorales para los recién ordenados en la diócesis, además del nombramiento de un seglar para un secretariado diocesano. Estos cambios afectan a la curia diocesana y las vicarías de la ciudad, la Campiña, la Sierra y del Valle del Guadalquivir.
En esta ocasión, no hay cambios en lo que se refiere a Puente Genil, pero sí destaca el nombramiento del ex párroco de Santiago el Mayor, D. Antonio Tejero Díaz, que deja su cometido en Villanueva de Córdoba, para pasar a ser párroco de Santiago Apóstol de Lucena, lo que supone volver a estar muy cerca de la feligresía del barrio de Miragenil y las aldeas de Puente Genil, que tanto cariño le tienen.
D. Antonio Tejero Díaz (Cañete de las Torres, Córdoba, 1978) recibió la estola, se le impuso la casulla, se le ungieron las manos con el santo crisma y se le entrego la patena y el cáliz como sacerdote el 24/05/2003 por el obispo Francisco Javier Martínez. Trabajó en Conquista y Villanueva de Córdoba antes de ser nombrado, el 25 de junio de 2005, simultáneamente, párroco Nuestra Sra. del Rosario de Los Blázquez, Inmaculada Concepción de Valsequillo y de Nuestra Sra. de la O, de La Granjuela.
El siguiente destino de D. Antonio fue Puente Genil, localidad en la que ejerció su ministerio como párroco de Santiago El Mayor, siendo encargado de las aldeas de Sotogordo, El Palomar, La Mina y Ribera Baja. El sacerdote se ganó el cariño de muchos vecinos, por su carácter sencillo, cercano y afable, poniendo en marcha diferentes iniciativas que tuvieron un notable eco entre los pontanenses, generando una feligresía muy activa y participativa en las actividades de la Parroquia. En 2013, el párroco fue destinado a Montoro, y posteriormente a Villanueva de Córdoba, donde ha permanecido hasta ahora.
Volver a tener cerca a D. Antonio supondrá una gran alegría para muchos pontanenses, y seguro que él, con el cariño que profesa a Puente Genil, visitará a menudo un pueblo que, espiritualmente, también es el suyo.