ACTUALIDADHistoriaOPINIÓNUrbanismox_Javier Villafranca

¿De verdad es necesario este artículo?

Tiempo de lectura: 2 minutos
Comparte

La noticia de la inminente reconstrucción del volumen de la ermita de Santa Catalina, construida posiblemente en el primer tercio del siglo XVI y demolida casi quinientos años más tarde, ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre determinadas actuaciones culturales.

Recreación del resultado de la actuación en la Plaza de Mananta

Puente Genil ha sido desde siempre, desde que tenemos constancia y conocimiento de su actividad literaria, arquitectónica, pictórica… un pueblo culto; un pueblo con ansias de aprender, de saber y transmitir.

Pero la historia es muy larga y está protagonizadas por distintas generaciones. No todas han actuado igual, y además sería absurdo pretender juzgarlas desde una óptica, desde unos valores, principios y forma de vida completamente alejadas de aquella realidad. Y sin embargo, siempre Puente Genil ha acabado volviendo los ojos hacia el respeto al patrimonio herencia del pasado, la perpetuación de las tradiciones, la honra a los mayores y su legado. 

     

Recuerdo que cuando desde la asociación Amigos de Puente Genil pusimos en marcha el proyecto de los bustos de pontanenses ilustres, contribuyendo así a perpetuar una memoria y a embellecer rincones de nuestro pueblo, no hubo quien escupiera sobre ello alegando que “hay cosas más importantes”. Ocurrió lo mismo cuando Puente Genil homenajeó al maestro Fosforito. Y volvió a ocurrir con el anuncio del reconocimiento al trabajo de la mujer membrillera. Y pasa cada vez que el Ayuntamiento patrocina la edición de un libro o algún estudio de índole cultural, o cuando colabora adecentando o blanqueando las paredes de un templo, organizando un concierto lírico, o colaborando con la Semana Santa, o con un club deportivo. Siempre desde las redes sociales, esas que democratizan el insulto y la falta de respeto continuo, se lee o se escucha… “hay cosas más importantes que eso” (a continuación, en un alarde de cretinismo se leen cosas como… “por ejemplo colocar a mi marido”).

Son muchas las personas e instituciones que dedican su tiempo su dinero y sus ilusiones al fomento del saber y del conocimiento, a la conservación de una herencia cultural que lo será también de las generaciones venideras, sólo si somos capaces de conservarla, cuidarla y transmitirla.

Es doloroso sentir determinados escupitajos verbales, ya estén dirigidos a uno mismo o a terceras personas. Y sin embargo, desde la convicción de que es algo esencialmente bueno, quiero felicitar a todos cuantos no cejan en el sostenimiento y preservación de nuestro acervo cultural y, muy especialmente, a las administraciones que lo apoyan y sustenta. ¡Enhorabuena!

¿Interesante? Compártelo

Artículos Relacionados