La ocupación ilegal de los antiguos salones de boda de la Huerta la Barca ha comenzado a colmar la paciencia de los vecinos de esta zona de Puente Genil, que llevan algún tiempo denunciando infructuosamente la concentración de personas en este lugar, hasta el punto de haber conformado un asentamiento irregular con unas condiciones higiénicas y de habitabilidad extremadamente precarias, lo que está generando problemas de convivencia.
Hasta ahora la preocupación de los vecinos no ha hecho más que ir en aumento con el paso de los días, ya que vienen apreciando conductas incivicas que están repercutiendo negativamente en el entorno natural, a partir de la proliferación de residuos orgánicos e inorgánicos depositados junto a las orillas del río, e incluso vertidos contaminantes al mismo. Del mismo modo, están siendo frecuentes los problemas de suministro eléctrico en las viviendas cercanas, a partir de los «pinchazos» que supuestamente provienen de este poblado, al tiempo que también se detectan con asiduidad reuniones ingentes de personas que no respetan ni las distancias entre ellos ni usan mascarillas, lo que choca de plano con las restricciones sanitarias actualmente vigentes para la totalidad de la población.
La preocupación por este asunto quedó patente durante la sesión plenaria de la Corporación Municipal celebrada el pasado lunes día 25, tras una pregunta formulada por el concejal del PP, Joaquin Reina, en la que denunció esta situación, una inquietud que el alcalde, Esteban Morales, dijo entender y compartir. Lo cierto es que, a cada día que pasa, la situación se agrava, tal y como denuncian los vecinos, que aseguran vivir con temor esta situación, motivo por el cual han decidido denunciarla y hacerla pública para conocimiento del resto de la población, lamentando al mismo tiempo la «pasividad generalizada» para acabar con la misma.