La empresa municipal Egemasa ha constatado que desde la declaración del estado de alarma se ha incrementado el uso de toallitas húmedas, lo que está generando un grave problema de atascos en la red de alcantarillado que comienza a ser apreciable.
Las toallitas húmedas desechables que se tiran al váter no se descomponen en contacto con el agua, como pasa con la celulosa del papel higiénico. La acumulación de fibras y tejidos en las cañerías de saneamiento provocan averías debido a atascos, bloqueos o roturas internas por calentamientos en los equipos de bombeo que tienen que impulsar el agua residual a la planta depuradora. Además, multiplican las retenciones de las redes y malos olores, originando los consiguientes problemas a los vecinos. Por eso, el Ayuntamiento, a través de Egemasa, y también Aqualia, concesionaria del servicio de aguas, hacen un llamamiento a los ciudadanos para que no echen al inodoro estos residuos, ni otros como compresas, gasas, preservativos, bastoncilllos para las orejas o aceites de cocina.
De hecho, periódicamente la propia empresa reconoce que estas tareas de limpieza le suponen un alto coste de mantenimiento de las infraestructuras, dinero que tiene que emplearse tanto en la eliminación de los residuos como en las reparaciones de averías que provocan. Unas inversiones, que según Aqualia, de no dedicarse a solucionar este problema, se podrían dirigir a mejoras técnicas de la red que redundarían en una reducción de roturas y cortes de suministro.
Las autoridades recuerdan que una conducta responsable en el uso del agua tiene que ir encaminada no sólo a un consumo racional del recurso, sino a la correcta devolución a su entorno natural con todas las garantías de sostenibilidad. Con un simple cambio de hábitos en los hogares, se evitarían numerosas averías y atascos en las instalaciones de alcantarillado, así como de las propias instalaciones particulares de los vecinos de Puente Genil y se ahorraría considerablemente el consumo de agua potable.