El Ángel Ximénez no pudo mantener su excelente racha de resultados en casa y acabó sucumbiendo ante un Logroño que firmó un gran partido y supo aprovechar a la perfección las debilidades defensivas de los locales, encontrando en Agustín Casado a la gran referencia ofensiva para mandar, templar, dirigir a sus compañeros y superar en todo momento a los de Paco Bustos, quienes, en una reacción tardía, maquillaron el resultado en los últimos minutos.
Los primeros instantes marcaron la dinámica de un partido desarrollado a un ritmo vertiginoso, frenético y alocado, lo que dificultó el juego de un Ángel Ximénez más acostumbrado a ser paciente en ataque. La dinámica del constante intercambio de goles hacía que los pontanenses se sintieran muy incómodos y, ante eso, los riojanos fueron más efectivos y ambiciosos cobrando sus primeras ventajas en el marcador, casi siempre entre uno y dos tantos favorables. La exclusión de Juan Castro descolocó más si cabe a los pupilos de Bustos, más faltos de ideas en ataque y menos sólidos en defensa de lo habitual, lo que favoreció que el cuadro franjivino se mantuviera con facilidad por delante en el marcador, encontrando vías de agua en la defensa, bien a través de Casado, Serradilla o Tomás Moreira, que cuajó un gran encuentro en su regreso a Puente Genil, donde jugó dos temporadas como local. Poco a poco la diferencia visitante iba aumentando. Bustos paró el partido con 8-13 a falta de poco más de diez minutos para el descanso, pero en esta ocasión sus instrucciones no surtieron demasiado efecto, ya que el equipo se contagió del desacierto de los colegiados en varias de sus decisiones, y además se topó con las buenas intervenciones de Rangel Luan en portería, lo que no ayudó a estrechar el electrónico. Logroño siguió a lo suyo, apuntalando la ventaja con la conexión Balenciaga-Casado en la primera línea, y aunque en los últimos instantes los pontanenses hicieron el amago de reengancharse al encuentro, el marcador al término de los primeros 30 minutos reflejó un claro y justo 13-18.
Ya en la segunda mitad el partido arrancó en la misma línea que en la primera mitad, con el intercambio de goles que únicamente favorecía al equipo que marchaba por delante. Dos tantos de Anderson Mollino dieron un poco más de oxígeno al cuadro pontanés en el lanzamiento exterior, pero Casado tenía ganas de mostrarse y dirigió a su antojo a sus compañeros, leyendo perfectamente el juego, encontrando siempre la mejor opción, buscando a pivote cuando era necesario, o resolviendo perfectamente con lanzamientos magistrales a portería, en algunos casos en situaciones al borde del pasivo, para desesperación del equipo local. Con ese panorama el desenlace del encuentro parecía claro. El almeriense dio la razón al seleccionador Jordi Ribera tras su reciente convocatoria con los Hispanos y percutía una y otra vez sobre la defensa pontanesa, cayendo los goles uno detrás de otro para situar un 20-27 antes del ecuador de un segundo acto que amenazaba con un resultado final de escándalo.
No obstante, el Ximénez pudo frenar la sangría tras ajustar un poco mejor la defensa y empezar a fluir mejor en ataque. Así, poco a poco, los pontanenses limaron tímidamente la diferencia, y un tanto de Cuenca y otro de Castro pusieron un 24-28 que obligó a Velasco a pedir tiempo muerto con doce minutos por delante. Los riojanos no querían sorpresas y se manejaron bien en las situaciones de inferioridad numérica, siempre con Casado como referente para volver a los cinco tantos de ventaja (26-31). Sin embargo fue en el tramo final, cuando los locales tiraron de casta y de orgullo en un arreón a base quizás de más corazón que cabeza. Bustos paró el partido, ordenó defensa abierta casi individual y Javi García y David Estepa anotaron poniendo un esperanzador 28-31 con seis minutos por delante. Era el momento del partido, Casado anotó, pero De Hita sumó un par de paradas, Tua vio portería y también lo hizo el pivote manchego estableciendo un 30-32 que abría el partido. Pese a ello, la pareja arbitral malagueña se hizo la sueca no señalizando una clara falta en ataque de Serradilla a Javi García y eso acabó de dar la puntilla a los locales. Dorado anotó desde el extremo y aunque Castro puso otra vez a su equipo a dos goles (31-33), apareció Balenciaga anotando el primer gol en su cuenta particular y, acto seguido, Casado firmaba la sentencia marcando de contraataque. En los últimos instantes, con todo decidido, Manu Díaz y Javi García sumaron dos tantos intrascendentes para dejar el 34-36 definitivo, en un encuentro donde el Ángel Ximénez no fue el de otras ocasiones, aunque también es verdad que enfrente encontró a un rival de postín, firme y solvente que no le dio ninguna opción.
Pese a la derrota y con los resultados de la jornada, la buena noticia es que el equipo de Puente Genil logra matemáticamente la permanencia en la categoría una temporada más, por lo que en la campaña 2021/22 los pontanenses disfrutarán de su novena campaña consecutiva en la Liga Asobal, todo un éxito sin precedentes en el deporte local, provincial y en el balonmano andaluz.
FICHA TÉCNICA
34/ ÁNGEL XIMÉNEZ. De Hita (p); Marcio da Silva (1), Cuenca (2), Melgar, Javi García (7), Mitic y Poveda (3) – siete inicial- Juan Castro (8), Joao Pedro da Silva (2), Tua (1), Padilla (1), Manu Díaz (1), Mollino (5), Estepa (3) y Ahmetasevic (ps).
36 / BM. LOGROÑO. Rangel Luan (p); Dorado (4,3p), Agus Casado (11), Serradilla (3), Moreira (4), Edu Cadarso (5) y David Cadarso (3) –siete inicial- Sánchez-Migallón (3p), Pina (1), Balenciaga (1), Goñi, Ceretta, Ortiz, Hackbarth (1) y Pérez (ps).
ÁRBITROS. Ruiz Vergara y Macías de Paz (Andalucía). Excluyeron por los locales a Castro, Cuenca y Javi García (2); y por los visitantes a Serradilla, Cadarso y Sánchez-Migallón en tres ocasiones, por lo que fue descalificado (min. 50).
PARCIALES. 3-3; 4-6; 7-10; 8-13; 10-15; 13-18 (descanso) 16-20; 19-24; 22-28; 25-29; 28-32 y 34-36 (final).
INCIDENCIAS. Pabellón Alcalde Miguel Salas. Puente Genil. Partido correspondiente a la 27ª jornada de la Liga Asobal. Antes del encuentro el club homenajeó al capitán José Cuenca, por sus 500 goles en la máxima competición nacional.