En 1977 se estrenó Rocky en España. Desde el 23 de mayo de aquel año, no sólo Sylvester Stallone pasó a la historia. También Bill Conti. El compositor musical de esta película creó una de esas melodías que todo runner ha escuchado, interiorizado, y hasta tarareado. Ya sea de coña o en serio. Origina un compromiso consigo mismo. Para ser exactos, el de esforzarse hasta el último aliento. Lo mismo que hicieron todos los atletas que participaron el pasado domingo en una media maratón de Puente Genil que cumplió tres décadas. Historias, récords, experiencias de superación. Y sus altibajos. Su respaldo popular masivo que, con el paso de los años y ante la lucrativa moda del atletismo popular, seamos realistas. Venida a menos por la sobrecarga (no hay más que ver a una Matallana que susurra aplausos para animar a los valientes) y coincidencia descontrolada de pruebas cada fin de semana. Lo cual no quita agradecer de persona a persona que saliera a la calle a arropar a familiares, amigos o conocidos.
Recomiendo, dicho sea de paso, que si va a correr el año que viene en Puente Genil la “media”, se enfunde una camiseta del Real Betis. El ánimo viene solo. Y va cargado de simpatía. Será la empatía que despierta el sentimiento de las Trece Barras en la Villa. Si el fútbol es el deporte rey, el generador de emociones por excelencia, el atletismo es la cuna de esas emociones. La de superarte a ti mismo. Mejorar una marca. Alentar a los primeros. Animar al que cae. Cuando corres, alguien puede sentirse capaz de todo. Hay que hacer caso a Chema Martínez. El atleta ha puesto de moda el hashtag “No pienses, corre”. Hasta cierto punto. Creo.
Sigue sonando Rocky, ¿verdad?
Puente Genil como municipio es de los pocos de la provincia con una prueba deportiva con currículum. Y como le ocurre a cualquier persona, siempre hay que nutrirlos para mejorar. Después de treinta años de media maratón, es el momento de examinar en profundidad su historial más reciente, imitar a las similares que tienen éxito, escuchar a los grandes protagonistas de la prueba, y un trabajo colectivo de todos los agentes implicados. Mientras, que siga sonando la banda sonora de Rocky. Nos motivará a todos.