Entre las devociones marianas que se practican en la Iglesia, una de las más antiguas es “El Rosario de la Aurora”. Puente Genil tiene la suerte de ser uno de esos pueblos de la Campiña Subbética que ha sabido conservar, y en estas últimas décadas enriquecer y fomentar esta costumbre a la Virgen María.
El rezo avemariano alcanzó mucha difusión popular a través de los Padres Dominicos en el S. XVI tras la Batalla de Lepanto. En 1571 los musulmanes preparaban la invasión a la Europa cristiana desde el Mar Mediterráneo. El Papa Pío V pidió que se rezase el Santo Rosario mientras durara la contienda. El 7 de octubre los ejércitos cristianos, comandados por Don Juan de Austria, se enfrentaron a la flota musulmana, mucho más numerosa y superior a la cristiana. Cuentan que antes del combate, las tropas rezaron devotamente el rosario y los cristianos resultaron victoriosos. En conmemoración y agradecimiento, el Papa instituyó la fiesta de la Virgen de las Victorias para el primer domingo de octubre, añadiendo al rezo de las letanías “auxilio de los cristianos”. En 1573, Gregorio XIII le cambió el nombre a la fiesta por el de Nuestra Señora del Rosario y Clemente XI, en 1716 la extendió como festividad a toda la iglesia de Occidente.
En toda la Geografía española, y muy en especial en la provincia de Córdoba y Granada, la devoción popular hizo que se constituyeran Hermandades y Congregaciones bajo la advocación de la Virgen del Rosario. Estos devotos empezaron a organizar rosarios, no sólo en el interior de las iglesias, sino también procesionando la imagen de la Virgen por calles y plazas. Se constituyeron grupos musicales que con instrumentos y cánticos a la Virgen llamaban a los vecinos al rezo del rosario antes del amanecer. Comenzaron a crecer grupos bajo la advocación de Nuestra señora de La Aurora. Las hermandades más antiguas de “Auroros” en nuestra provincia la encontramos en Castro del Río, fundada en 1662, en Priego de Córdoba en 1695 y en Montilla en 1772. Estas fechas van en consonancia con las hermandades que surgieron también en la provincia Sevillana. En Junio de 1669 sale en Sevilla, de la Parroquia de San Bartolomé, el primer Rosario público que se encuentra plenamente documentado.
Las letras de los cánticos tienen la misma métrica en casi todos los lugares y pueblos de España. Algunas son comunes y otras se han escrito ex profeso para una localidad determinada. Hay letras que constituyen verdaderas “llamadas al Rosario”, porque así es como se conocen estos cánticos en muchos pueblos. En Víznar (Granada) encontramos esta letra: “Perezoso que estás en la cama oyendo las voces del despertador / Si lo oyes y no te levantas serás del Cielo terrible Tizón”. O esta otra que se canta en Castilla León: “El devoto que más madrugare a coger las rosas del santo rosal / Ganará una corona de flores, María la Virgen labrándola está”. Sin embargo las melodías son todas diferentes, fruto de la tradición oral, aunque siempre bajo una misma métrica marcada por el texto.
En el caso que nos ocupa, Puente Genil, no tenemos constancia desde cuándo se interpretan las coplas del Rosario de la Aurora ni de dónde proviene la melodía que se interpreta, ya que las letras son comunes a la de muchos Rosarios de la comarca. Jesús María Ruiz García nos proporciona un dato que posiblemente conecte de alguna manera nuestro Rosario al de Castro del Río. Y es que su bisabuelo, Rafael Millán Mellado, natural de Castro del Río, se instala en Puente Genil hacia 1880. Entre sus aficiones destacaba la de la Música, tocando en la banda del Maestro Medina. De su pueblo natal trajo unas campanitas que se tocaban en los Rosarios de la Aurora, afinadas en una tonalidad propicia para instrumentos de viento. Hay que decir que en algunos pueblos limítrofes, junto a los instrumentos de cuerda, los grupos instrumentales también estaban formados por flautas, saxofones o bombardinos.
En las llamadas al Rosario de la Aurora de Castro del Rio encontramos idéntica introducción instrumental al de Puente Genil, tal y como se desprende de esta partitura que se interpreta en la localidad Castreña, aunque luego la melodía del texto sea diferente.
Las capillas de principios del S.XX formadas por nuestros músicos pontanos que interpretaban los cultos Cuaresmales, cantarían también el Rosario de la Aurora por las calles de nuestro pueblo, aunque no sabemos con qué asiduidad, a qué imágenes ni con cuántos instrumentos. Es posible que con instrumentos de cuerda y viento unidos a las campanitas. Lo que si sabemos es que, después de varias décadas olvidado, resurgen en los años 60 estos cánticos del Rosario de la mano de la Schola Cantorum Santa Cecilia, haciéndose cada vez más populares entre el Pueblo de Puente Genil. Una de las primeras hermandades que lo instaura de forma tradicional, en la mañana del Domingo de Transfiguración, es la Hermandad de la Virgen de las Angustias en los años 70. Poco a poco irán organizando Rosarios de la Aurora otras hermandades y advocaciones marianas.
Un Rosario especial fue el de 1997, con motivo del X aniversario de la Coronación de nuestra patrona, La Inmaculada Concepción. Rafa Sánchez, como director de la Schola Cantorum, aglutinó a varios músicos y cantantes de nuestro pueblo, y junto a El Coro interpretaron el Rosario de la Aurora como posiblemente lo hicieran nuestros músicos de primero de siglo: con guitarras, laudes, flautas, clarinetes y bombardino. Por primera vez, y para la ocasión, se recuperaron las campanitas provenientes de Castro del Río, que guardaba Joaquín Ruiz Millán (nieto de Rafael).
El Rosario
de la Aurora en nuestro pueblo ha adquirido en estos últimos años una calidad
musical extraordinaria fruto del esfuerzo de músicos como los de la Rondalla de la Escuela de Música y de
algún otro instrumentista. Contrabajo, violín, guitarras,
campanitas, laúdes y bandurrias interpretan por nuestras calles todos los años
auténticas maravillas a la Madre de Dios.
El próximo domingo, la Cofradía de la Amargura, con gran acierto, inicia los actos de su 75 aniversario con un Rosario de la Aurora en procesión extraordinaria. Esa mañana de Noviembre, y en homenaje a todos esos grandes músicos que nos precedieron y llenaron nuestras calles de Música durante tantos años, volverán a sonar las melodías de flautas, saxofones, clarinetes, y bombardinos junto a los ya tradicionales instrumentos del Rosario. Algunos miembros del Grupo de Música del Imperio Romano junto a los miembros de El Coro y Rondalla rezarán con sus instrumentos y voces por las calles de nuestro pueblo a la Virgen, a La Amargura, a La Aurora, al Auxilio de los Cristianos.
Miguel Velasco Ruiz