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El sindicato SATSE tilda de «inadmisible» la cifra de pacientes que esperan para rehabiltación, que en el Hospital de Puente Genil asciende a 206

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El Sindicato de Enfermería Satse Córdoba ha dado la voz de alarma en cuanto al número de personas que están en lista de espera de primera consulta para la especialidad de rehabilitación en el conjunto de hospitales públicos de la provincia de Córdoba. El sindicato ha dado cifras sobre el número de pacientes en lista de espera de los diferentes centros hospitalarios, situándose el número en el de Puente Genil en 206 pacientes. Así, según la información ofrecida el mayor número de pacientes en lista de espera la tiene el Reina Sofía con 3.089, seguido del Infanta Margarita con 1.905, el Hospital de Montilla 560, el Hospital de Puente Genil 206, por último el Hospital de Pozoblanco con 199 y el Hospital de Peñarroya con 116 pacientes, cierran la lista de personas en espera  de ser vistos en el servicio médico de rehabilitación.

Satse recuerda el grave peligro que representa para el paciente demoras evitables a través de la intervención inmediata del fisioterapeuta, por ello el sindicato considera «vital determinar protocolos de actuación consensuados para que una vez atendido el paciente por el médico especialista éste pueda derivarlo directamente al fisioterapeuta, agilizando sustancialmente la atención  sanitaria y cuidados propiciando el inicio rápido del tratamiento y atención necesaria». Continua el sindicado afirmando que «en varias comunidades autónomas hace años que existen  protocolos que representan un excelente ejemplo de colaboración entre los profesionales que deben participar en determinados procesos de tratamiento y rehabilitación en aras a un bien común, que no es otro que ofrecer la mejor y más ágil atención a las personas».

El sindicato de enfermería recuerda que hay que evitar demoras «innecesarias» que repercuten en la persona a tratar, apuntando que una intervención temprana del fisioterapeuta evita el posible agravamiento de la patología a tratar y que no se generen secuelas «irreversibles» que pueden afectar gravemente a la salud y bienestar integral de la persona afectada. 

     
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