Lideró el primer movimiento reivindicativo y sindicalista de mujeres en Puente Genil
En la personalidad de esta mujer ha destacado desde siempre su carácter reivindicativo y luchador hacia la defensa de cualquier desigualdad en cuestiones de género pero también ante cualquier injusticia social. Mujer temperamental y adelantada a su tiempo, así a grandes rasgos podría describir el perfil de Conchi Leiva Susín.
Sobrepasa los 70 años de edad, con una mochila bien cargada de experiencias y vivencias junto a su numerosa familia, pero también muy cerca siempre del tejido asociativo de mujeres el cual hasta hace poco tiempo ha estado en deuda con esta mujer fundadora de los primeros movimientos sociales feministas en Puente Genil. Promotora y activista de innumerables acciones reivindicativas en defensa de los derechos de la mujer y su empoderamiento en la sociedad.
Luchadora incansable de cualquier injusticia social mediante protestas en la calle o en los despachos de la clase política. Su recorrido como mujer activista comienza en una época, años ochenta, donde el movimiento social feminista en los municipios tenía escasa o ninguna visibilidad, no estaba bien visto por la sociedad de aquellos entonces que un colectivo de mujeres empezara a movilizarse públicamente reivindicandouna igualdad de oportunidades,derechos y acceso a la vida profesional y pública sin distinción de género.
En Puente Genil, fue un grupo de mujeres encabezado por Rafaela Pastor y Conchi Leiva entre otras, las que crearon la primera asociación de mujeres con carácter reivindicativo y sindicalista, bajo el nombre “Mujeres de Puente Genil”, ocurría en la segunda mitad de los años ochenta. A partir de entonces su lucha por la igualdad, contra el maltrato y violencia de género así como el apoyo al colectivo LGTBI, en los últimos años, no ha cesado.
También sus protestas se han canalizado hacia otras inquietudes de la sociedad relacionadas con la Educación, Sanidad, Economía doméstica. Por citar algunas de esas reivindicaciones donde ella estuvo presente junto al tejido asociativo de mujeres: la mejora y un nuevo acondicionamiento de las cubiertas del aulario del edificio del colegio Los Pinos, ocurría en los años ochenta, según nos ha relato familiares cercanos. Encabezó junto al tejido asociativo de mujeres la plataforma creada para la construcción del Hospital de Alta Resolución. Defendió la promoción y venta de los productos autóctonos en los lineales de las grandes superficies instaladas en Puente Genil, una petición lograda donde gigantes del sector alimentario accedieron a sus propuestas. Su reclamación más reciente fue la intervención y adecentamiento del acceso al Centro de Participación Activa de Mayores, donde también fue presidenta.
Recientemente, las nueve asociaciones que conforman la FLAM, siete integradas por mujeres y las otras dos restantes, mixtas, han tenido la deferencia de rendir un homenaje a la que durante 16 años desempeñó el cargo de presidenta de esta federación local. Durante este tiempo le tocó lidiar frente a situaciones unas más agradables que otras pero siempre solventadas junto a su equipo directivo que ella eligió. Todas ellas estuvieron presentes en esta distinción tan merecida. Su gran familia la arropó una vez más en su trayectoria vital, ahora Conchi está en “segunda línea”, así se posiciona ella, ya luchó bastante y deja todo su legado reivindicativo a nuevas generaciones. Toca cuidar y mimar su estado de salud y así lo hace su mayor tesoro, la familia que ha creado.