Un auténtico éxito. Así puede calificarse la representación de la obra teatral “La huella de Calderón” que durante todo el fin de semana se ha podido disfrutar en tres pases en el Teatro Circo de Puente Genil, con lleno total en el patio de butacas. La obra, concebida inicialmente como auto sacramental, y desarrollada como comedia en tres actos, ha sido escrita por Víctor Reina Jiménez, corriendo la dirección escénica a cargo de José Antonio Ortiz, al frente de un elenco de cerca de 80 personas.
El proyecto de la Agrupación de Cofradías, Hermandades y Corporaciones Bíblicas, que ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Puente Genil, tenía como hilo argumental la visita del fraile Juan Guzmán al dramaturgo real Pedro Calderón de la Barca, allá por el año 1662, para invitarle a conocer la particular forma de concebir la Semana Santa en La Puente de Don Gonzalo, una visita que da lugar a una trama bien articulada sobre la que se cimenta la defensa de las tradiciones mananteras de la villa, mantenidas con el paso del tiempo durante los más de cuatro siglos posteriores.
La puesta en escena se ha materializado gracias al buen hacer de todos los actores que han participado y que han sido capaces de ganarse el cariño incondicional del público, un elenco formado por: Ricardo Luna (Calderón), Federico Vergne (Enrique), Javier Villafranca (Fray Juan Guzmán), Lorenzo Reina (Don Andrés), Antonio Ángel Pino (Don Ginés), Santiago Reina (Gentilidad) y Antonio Pineda (Juicio). Además, la obra estuvo amenizada por una orquesta de cuerda y piano dirigida por Rafael Sánchez, compuesta por Sofía Tkach, Ophelie Duhem, Francisco Raúl Molero, Miriam Aragón y Daniel Matas, sin olvidar las importantes colaboraciones de Fernando López y Francisco Benítez (tambores y rebates), y los saeteros Julio Ortiz y David Jaén.
Del mismo modo, particularmente emotiva fue la participación de los componentes de un total de 19 corporaciones bíblicas, que sobre el escenario dibujaron una impactante composición de lo que supone, significa y representa el Viernes Santo en nuestra localidad. Pasado, presente y futuro, para dar un toque mágico y envolvente al Teatro configurando de esa forma una obra completamente inolvidable que tocó la fibra sensible de los espectadores…. dejando huella.