Pasadas un par de semanas desde que se agitara el avispero y la opinión pública de Puente Genil estuviera en llamas por lo que empieza a ser una costumbre: las noticias de tiroteos, los narcos y clanes campando a sus anchas, el “telepatinete” que te lo lleva a casa en un perico o un periquete… Parece que ya con el polvo empezando a asentarse, nos podemos hacer una idea de lo que realmente queda: nuestros políticos rápidos y activos como nunca para hacer lo realmente importante: ganar el relato.
A ver, que esto del relato no va de guiones de series de Netflix, sino de gente que tiene miedo de bajar al parque, de dejar a sus hijos jugar en la calle, pasar por determinados barrios, aunque sea en coche y con las puertas selladas con “superglue”… Y lo que importa es que nuestra parroquia afín tenga un relato coherente que llevarse a la boca y que, dé respuesta a los problemas, no que los solucione, no, que dé una explicación (sea real o no) y que el resultado sea, a ser posible: “la culpa es de todos menos de los míos, que se están dejando la piel, pobreticos míos…”
Lo de solucionar, como diría Homer “que lo haga otro”, que lo nuestro es quedar bien y que me sigan votando con “v” para que no me boten con “b”.
Porque sí: Hay tiros. Hay droga. Hay delincuencia. Hay guetos. Hay miedo… Y sobre todo, hay desidia: mucha y de la buena (o la peor, según se mire).
Sergio Velasco: El arte de lavarse las manos, edición Puente Genil
El señor alcalde lleva casi dos años y medio con el bastón de mando. Que da para mucho: levantar un plan de choque, reforzar la presencia policial, coordinar con cuerpos de seguridad, tocar la puerta del Ministerio, la de la Junta (que ahí hay colegas), y sobre todo, de incordiar por lo menos, peeeeeero… “oh, campos de soledad, mustio collado”, ¿qué ha hecho sobre el tema? Spoiler: NADA. Siendo más concretos, nada que haya incomodado a los que “se pasan el día pasando”.
En campaña electoral parecía que iba a protagonizar la secuela pontanesa de “Narcos”. Prometió una batalla constante, refuerzos, “mano dura”. Pero se ve que la mano la ha dejado para firmar notas de prensa y pedir más clicks en Facebook e Instagram. Y ahora que, citando al escritor: “arden las redes” y a los ciudadanos se les queman los dedos, ha decidido sacar el tema del cajón para señalar al Ministerio del Interior y exclamar con voz impostada de indignación: “¡Dadme refuerzos, que yo no tengo competencias!”.
Mire, alcalde, no le exigimos que vengan los GEO en helicóptero a diario, pero al menos que se note que hay alguien presente.
Porque recursos hay, aunque escasos. Y si no tenemos más Guardia Civil, que eso sí que es para echarse a llorar, lo lógico sería usar la Policía Local para hacer incómoda la vida a los que la hacen incómoda a los demás, ¿no? Pero no. Aquí se prefiere sentar a los pocos efectivos que tenemos a hacer de Community Manager, mandar a las patrullas a hacer ronda en eventos, romerías o en turnos de postureo que den bien en redes. Que un “selfie” con uniforme da más votos que una redada silenciosa.
Hacer la vida del delincuente un poquito menos confortable
Incordiar, molestar, incomodar, fastidiar o tocar las sensibilidades, estén donde estén: lo repito mucho en el artículo y más que debería repetirlo, porque es en eso en lo que se basa todo cuando no puedes plantar cara frontal al problema. En mi sector (el tan demonizado marketing, con toda la razón del mundo, por otra parte), cuando no hay poderío económico y recursos para competir con los grandes, se tira de ingenio o de lo que sea, pero se hace algo… No es cuestión de ser más explícito de la cuenta, pero todos sabríamos como hacerlo, así que nuestros gobernantes también… y si no lo hacen, pues…
La herencia del PSOE: la inacción sale cara
Y que no se nos olvide que esto no ha empezado con el PP. Que antes de Velasco ya gobernaban los socialistas, y el problema del narcotráfico ya estaba allí, saludando desde la esquina. Pero el PSOE de entonces practicó el arte del perfil bajo, esa política del “ya se arreglará solo”, mientras los clanes engordaban como gorrinos en San Martín.
Si el anterior gobierno hubiese sido más activo con lo que, a nadie escapa, que era y es un caladero de votos que todos pueden desear (que no se eche ahora nadie las manos a la cabeza, que todos somos adultos, ¡eh!) y se hubiera dedicado a algo más que cortar cintas y sonreír en los plenos, igual ahora no tendríamos que ir rogando efectivos como quien pide papel higiénico en pandemia.
Izquierda Unida: el buenismo hecho política
IU, por su parte, parece empeñada en entender al narco antes que en frenarlo. Porque, claro, lo que no vamos a hacer es caer en “discursos alarmistas” ni “criminalizar colectivos”. Y nadie está diciendo eso, pero, desde el cariño… igual hay que abordar más los problemas como son (aunque sean feos) y no como nos gustaría que fuesen.
Tanto relativismo con aroma a incienso les ha hecho quedar como los del «hay razones estructurales para ese comportamiento y hay que entenderlo”. Lo último ha sido desvincular la criminalidad de la inmigración. Bien, muy bien, gracias por esa obviedad. Pero ahora, ¿van a desvincular también el tráfico de drogas de los “Guetos”? ¿O la inseguridad de la falta de acción política? A veces se agradecería ser igual de contundentes con las cosas de la inseguridad que con los temas más populares en nuestra parroquia.
La ceguera selectiva de VOX
Y en el extremo opuesto del ring, hiperventilando y enarbolando la bandera, está VOX, que solo ve inmigrantes delinquiendo. Da igual que el tiroteo sea entre clanes locales con DNI español más viejo que un Seat Panda. Ellos ven a alguien con acento o tez morena y ya tienen el culpable. “¡Invasión!”, gritan, mientras los narcos se fuman un puro en la plaza.
La obsesión con el origen ha nublado la capacidad para ver el problema real: que la inseguridad no tiene pasaporte, tiene poder económico y armas… No delinquen las etnias o las razas si lo quieren ver así, delinquen los delincuentes.
El postureo de siempre y la seguridad como atrezo
En resumen, todos han puesto su granito de arena para que Puente Genil esté como está. El alcalde Velasco (PP) improvisando con el ventilador de culpas y eludiendo su propia responsabilidad cuando antes la exigía (claro caso del refrán de la viga y la paja); el PSOE que dejó crecer el tumor en silencio; IU aplicando bálsamo de buenismo en heridas de metralla, y VOX tratando de curar una gangrena con lejía.
Y si la guerra por el relato no funciona, el alcalde puede convocarnos a una manifestación (no tengo muy claro contra quién) para intentar colocar al pueblo detrás y seguir diciendo que luchará denodadamente, como si no tuviera nada que ver con el tema.
Mientras tanto, el pueblo —el de verdad, no el que aplaude en las fotos de los mítines— vivimos entre el miedo, la resignación y la sensación de que aquí nadie está al mando… ni quiere estarlo.
Pero bueno… tranquilo, amigo político… El tema pasará en breve y será reemplazado por el nuevo “Trendig Topic”, hasta que una nueva noticia luctuosa en la prensa, lo lleve otra vez a la palestra y puedas volver a indignarte profundamente en tus redes.
Como diría el maestro Sabina: «Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks…» El compromiso de Sergio Velasco con la seguridad duró lo que dura un político pontanés en salir de la oposición.
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