La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha abierto el plazo de licitación para el contrato de obras encaminado a la mejora ambiental y de usos sociales y económicos del embalse de Cordobilla, en el término municipal de Puente Genil, una obra que cuenta con un presupuesto de 3.597.492,43 euros y un plazo de ejecución de 22 meses. Las empresas interesadas deberán presentar sus ofertas antes del 28 de enero, siendo la fecha de apertura de las mismas el 11 de marzo de 2022.
La solución que plantean la CHG es que ante “la incapacidad de mantener abierta una vía de toma de agua desde el brazo vivo del río hasta sus captaciones, debido a la falta de un caudal de agua circulante” se propone “como actuación principal, desviar el brazo vivo del río de su posición actual en el tramo final del embalse, de manera que pase de su situación actual en la margen izquierda hacia una nueva ubicación en la margen derecha, interceptando a las dos tomas instaladas”. Esta actuación es compatible con la dinámica fluvial del río ya que la misma establece que en los meandros el río converge hacia el exterior de la curva (erosionando la parte exterior del meandro y sedimentando la interior). Actualmente el brazo se encuentra en el extremo opuesto a lo que sería esperable, lo que demuestra la poca capacidad erosiva que tiene en su trazo actual”.
Según lo dispuesto en la documentación del proyecto “la derivación del río permite la circulación de los caudales del río durante todo el año por lo que las posibilidades de bloqueo se deben de reducir considerablemente, igual sucede con la vegetación, que no podrá invadir el canal excavado por existir continuamente una corriente de agua. Ya que el río lleva más caudal de agua que el captado por los usuarios, siempre existirá un caudal residual que deberá de ser aliviado por las compuertas de regulación, forzando la salida del agua por debajo de la cota de coronación del embalse, lo que generará un proceso de limpieza. La circulación continua de caudal en el embalse hasta su expulsión por la presa es estrictamente necesaria ya que es la única forma de garantizar el arrastre del caudal sólido que transporta el río, o por lo menos una parte de él. Igualmente deberá de prohibirse como práctica habitual de explotación el vertido por coronación de la presa, ya que esta práctica hace funcionar como un desarenador al embalse, aspecto que debe de ser evitado a toda costa”.
“Para realizar la derivación del brazo vivo, se requiere la obstrucción del mismo en un punto del río, punto en el cual nacerá el nuevo cauce. Para la obstrucción se propone la ejecución de un azud que permita, en caso de avenida, el sobrevertido por la coronación. Esto implica que las dimensiones del azud son mínimas, ya que sólo se requiere obstruir el cauce de aguas bajas del río Genil. El río recupera todo su cauce en las avenidas por lo que no existe ninguna implicación hidráulica en caudales altos en la solución propuesta. Al margen del desvío del río, y ya que el conjunto de actuaciones planteadas no afecta ni influye en la generación de sedimentos por parte de la cuenca o en su capacidad de retención de los mismos, es de esperar que una parte del caudal sólido siga decantando y asentando en el nuevo brazo vivo del río, especialmente en aquellas zonas donde la velocidad disminuya con respecto al resto de flujo. Es por ello que se deberán de planificar a lo largo del año la gestión de elevados caudales de circulación por el nuevo brazo vivo del río, desde su derivación en el azud hasta su expulsión bajo las compuertas de regulación de la presa, compaginado todo ello con niveles bajos de agua en el embalse que permitan aumentar la velocidad de circulación del agua en el brazo. Paralelamente a estas actuaciones periódicas de limpieza hidráulica se deberá de planificar un programa de limpiezas mecánicas del nuevo brazo, de forma total o localizada, debido a que parte del caudal sólido será decantado en el mismo”.