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Manolo Cano: una trayectoria futbolística digna de admiración y de respeto

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Hay jugadores a los que los aficionados rinden un tributo y un cariño especial por su pundonor, su entrega, su compromiso y su identidad con los colores que todos comparten. Por eso, cuando llega el momento de las despedidas, inevitable en cualquier circunstancia vital y, por supuesto, en la futbolística, toca poner en valor lo que se ha hecho, y también, lo que se deja atrás.

A sus 37 años, Manolo Cano Rodríguez, uno de los jugadores más conocidos e identificables con la elástica rojinegra del Salerm Puente Genil ha anunciado que lo deja, que pone el punto y final a su etapa como futbolista en activo, con un legado envidiable y al alcance de muy pocos. Forjado en el característico albero del Campo de Deportes “Jesús Nazareno” -hoy algo así como ciencia ficción para los más jóvenes que dan sus primeras patadas a un balón en el Manuel Polinario- Cano se destapó como un jugador que apuntaba muy buenas maneras en los diferentes conceptos que rodean al fútbol de hoy. Sabía entender situaciones de partido, se manejaba, pese a su juventud, como un veterano, y tenía esa velocidad, esa garra y esa zancada plena de ilusión y desborde que marcaba la diferencia para estar por encima de otros que competían por un puesto.

Líder de una gran generación de futbolistas injustamente abocados a pelear un año sí y otro también para sacar al equipo de su pueblo del pozo de la Preferente cordobesa, Manolo Cano pronto buscó fortuna en equipos de la comarca. Estepa Industrial, Montilla y Marinaleda fueron algunas de las primeras paradas en el recorrido de un jugador joven con mucha proyección que ganaba enteros en la posición de lateral derecho en la que los entrenadores solían situarle. Con aquél Marinaleda dirigido por Juanmi Puentenueva, Cano vivió tardes de gloria e incluso la disputa de una increíble eliminatoria de ascenso a Segunda B ante el filial de la UD. Las Palmas donde había jugadores que luego llegaron a la élite. Manolo no cejó en su intento de seguir progresando y continuó buscando oportunidades. Lucena, Estepona, Martos y Marbella le vieron consolidado como futbolista con condiciones y aptitudes, pero en 2014 decidió volver a casa para ayudar a crecer a los suyos, con los que empezó, y a los que quería situar adonde correspondía. 

     

En su primera temporada en el Salerm se logró el ascenso a Primera Andaluza con Pepe García en el banquillo, siendo el primer éxito importante que lograba el equipo de Puente Genil tras 23 años en el pozo de la penúltima categoría del fútbol provincial. Al año siguiente, ya con Juanmi Puentenueva dirigiendo a la plantilla, Manolo Cano vivió un nuevo ascenso, esta vez a División de Honor, y en la 2016/17 llegó el culmen de la satisfacción viendo como el equipo ascendía a Tercera División, en una temporada donde Cano anotó goles decisivos, en Conil, para dar los tres puntos; ante el San Juan en casa, en un partido que se puso muy cuesta arriba y donde llegó a peligrar el ascenso; y en el último, el de la victoria frente a La Palma donde Cano se unió a Maero y Miki para pasar a la historia de los goleadores de un duelo para el recuerdo.

Ya en Tercera División, Cano ha sido un fijo y al mismo tiempo indiscutible para todos los entrenadores que han pasado por Puente Genil, aportando su oficio, su veteranía y experiencia. Correctísimo en su juego, haciendo lo que se le pedía, manteniendo a raya a los contrarios, y poniendo balones en largo desde la banda que, en muchos casos, eran claras oportunidades de gol. Con el paso de los años, Manolo Cano se ha convertido en ese jugador que conoce el juego de memoria, que sabe lo que va a hacer su rival, y que viene de vuelta cuando los demás van. El trato con los compañeros en el vestuario, con los árbitros, conseguir el respeto de los adversarios, saber ejercer como capitán, dar la cara cuando las cosas van mal, ir cediendo el testigo a los que vienen empujando fuerte, etc… El crecimiento del Salerm como club ha sido más que evidente en los últimos tiempos, y gente como Cano han sido artífices de ello, sin reclamar protagonismo, prácticamente por la inercia de ser los que domingo a domingo empujaban al equipo a sus mejores prestaciones para sacar adelante partidos que se complicaban, y este año, más todavía, con una situación sanitaria muy compleja que ha provocado un terrible desgaste anímico para todos.

Cano se va del fútbol en activo con unos números dignos de respeto. Sus siete últimas temporadas han sido en el equipo de su tierra y con tres ascensos. Más de 200 partidos con la camiseta del Salerm y la guinda, el último tanto en su último encuentro en casa, ante el Pozoblanco, que dio al equipo la clasificación para disputar las semifinales del play-off de ascenso a Segunda RFEF en Jerez. Se va uno de los grandes del fútbol pontanés. Una leyenda digna de admiración y de respeto. Don Manuel Cano Rodríguez. Gracias por todo.

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