Llega la Feria Real y con ella, este año, uno de los alicientes estará en la posibilidad de disfrutar de actuaciones musicales de primer nivel. La delegación municipal de Festejos del Ayuntamiento ha apostado fuerte por artistas muy conocidos por el gran público como Antonio Orozco o el violinista Ara Malikian, además de otros que tienen un enorme número de seguidores en sus respectivos estilos, caso de Paco Candela o Antonio Cortés, algo extensible a grupos como Danza Invisible o La Guardia, de gran impacto mediático décadas atrás, y que han sabido mantenerse gracias al tirón de éxitos por los que no ha pasado el tiempo.
No obstante, una de las novedades residirá en la posibilidad de disfrutar de los conciertos en dos recintos diferentes, la Caseta Municipal, con entrada gratuita hasta completar aforo: y el patio del Colegio Agustín Rodríguez, donde las actuaciones serán de pago. Será en este último escenario donde los asistentes rememorarán esas históricas actuaciones del pasado, en las que cantantes y grupos de renombre deleitaban al público pontanés durante los días feriados. Y es que la amplitud de espacio del centro educativo no sólo ofrece mayor capacidad y mayor margen de maniobra logística, sino que también permitirá repartir la afluencia de público, evitando una concentración especialmente masiva de personas en el recinto ferial, lo que dificultaría la labor de los efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad. Seguramente, lo dicho conecta con la cada vez más evidente necesidad de contar en Puente Genil con un espacio escénico capaz de albergar eventos multitudinarios con gran demanda de espectadores, pero eso daría para otro debate.
Por otra parte, muchas personas se preguntarán por qué no se utiliza para los conciertos el interior del Estadio Manuel Polinario, como años atrás se hacía con el desaparecido Campo de Deportes «Jesús Nazareno», por aquello de conseguir un mayor aforo, pero el motivo no es otro que la propia imposibilidad de hacerlo por los daños que ello originaria para el césped artificial, ya de por sí bastante desgastado por el uso, suponiendo al mismo tiempo un importante perjuicio para la actividad deportiva del club de fútbol, ya que no se puede olvidar que son numerosos los equipos que entrenan a diario en unas instalaciones ya de por sí muy colmatadas, por ser las únicas dedicadas a la práctica del fútbol en el municipio.
En definitiva, el formato de varios escenarios, ya utilizado antaño en otros eventos (Rock & River Blues Festival, Noche Blanca o Shopping Night), explora y avanza en la posibilidad de organizar eventos musicales solapados en varias zonas de la localidad, en la línea de lo que se está viendo en los festivales que se celebran por diferentes pueblos y ciudades de nuestro país, una iniciativa que, desde luego, también podría ser objeto de un interesante análisis por suponer una inyección económica a futuro en la localidad ligada al sector cultural.