Darse una vuelta por calles y plazas como Lemoniez, Madre de Dios, Emilio Reina, Postigos, el propio paseo fluvial, o Don Gonzalo muestra una estampa indeseable desde hace años. La proliferación de palomas – y todo lo que ello supone – está provocando un deterioro grave y progresivo que no sólo afecta al patrimonio histórico de Puente Genil. De igual modo, cada vez son más los vecinos del casco antiguo que no pueden ocultar su indignación y rabia ante un problema de salubridad y seguridad que se alarga, así lo aseguran a SoloPuenteGenil.com distintas personas residentes en el entorno del barrio bajo. Una de ellas es Mari Carmen. “Esto parece la selva amazónica”, señala de manera insistente.
Desde su azotea no sólo se ve la torre del reloj del Santuario de la Inmaculada Concepción. Antes, si miramos hacia abajo, se contempla lo que es capaz de ocasionar el abandono de una casa cuyo tejado está derrumbado. Ese territorio, a falta de medidas preventivas, acaba siendo conquistado por una plaga de palomas – y ya hasta de mirlos – que ubica sus nidos allí y deposita su insalubre palomina (el excremento de esta ave) en grandes cantidades hasta el punto de convertir las tareas de limpieza en una auténtica desesperación para los vecinos, personal de mantenimiento en la vía pública, y los operarios de la empresa pública Egemasa.
Comunidades de vecinos residentes en la calle Madre de Dios confirman la elaboración y entrega de diferentes escritos al Ayuntamiento de Puente Genil para pedir alguna solución a la institución local, la más cercana para el ciudadano. El primero de ellos data del año 2010. Esa documentación llegaba al equipo de Gobierno, que desde el Consistorio había externalizado este trabajo de manera que se tradujo en la instalación de una veintena de jaulas en viviendas y locales. Ello permitió retirar del casco urbano de Puente Genil más de 10.000 palomas. Ahora son como mínimo las mismas. Pero la realidad es que son incuantificables.
¿Qué se ha hecho y qué se puede hacer para acabar con la plaga de palomas en Puente Genil?
Este esfuerzo no bastó para terminar con la plaga de palomas. En la actualidad la huella de este animal se traduce en importantes daños en tejados y en la propia vía pública. En una época de inflación como la actual, el Ayuntamiento no ha tenido otra alternativa hasta el momento como la de aumentar el gasto en limpieza. Sin embargo, hay otro encargo sobre el que se quieren obtener conclusiones claras. El Ayuntamiento de Puente Genil alcanzó un acuerdo con un docente del Departamento de Zoología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Córdoba. Ese compromiso se debe traducir en un asesoramiento al Gobierno local para trazar una estrategia de medidas para acabar con este problema.
Más allá de lo que ha hecho la administración local, la cual ejecuta partidas de 60.000 euros para combatir la plaga de palomas cuando la idea era gastar en torno a 18.000, el debate está en la calle. Sobre todo, entre los vecinos afectados. Al lado de la casa de Mari Carmen reside una vecina que no puede usar su patio con piscina en verano. “Si la lleno, me encuentro palomas ahogadas y llena de palomina, da mucha rabia”, indica con vehemencia. Y si hablamos del descanso, eso es abrir otro capítulo. En verano “las mosquiteras han de estar puestas y bien fijadas al suelo para no llevarnos ningún susto en forma de ratas y garrapatas”. Dormir por las noches es todo un reto para estas familias, que no pueden soportar el ruido que les despierta cada amanecer. “Es insoportable, y se queda corto. Yo no tengo ni que poner el despertador”, señalan. Por muchas jaulas que se coloquen, no aprecian ninguna mejoría.
Entre los propios vecinos comentan la situación como para arrojar una tormenta de ideas que, en su mayoría, pasa por elevar instancias a la Delegación Territorial de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía en Córdoba y al propio Seprona. Pero hay otras opiniones que sostienen que la solución pasa por alcanzar un acuerdo con la Federación Andaluza de Caza para que los cazadores cuenten con la autorización correspondiente y acaben con estos animales en determinados cotos de caza. Otros, en cambio, prefieren no optar por la solución cinegética y hacerlo por la de “inundar” de jaulas todo rincón en el que las palomas puedan habitar. Incluso a los que todavía no se ha podido acceder.
Hay puntos a los que ha sido imposible hacerlo hasta la fecha. Mientras, la dimensión y las consecuencias que está sembrando la plaga de palomas en Puente Genil no sólo afecta al barrio bajo. Hay empresas ubicadas en el Polígono Huerto del Francés cuyos tejados y placas solares se empiezan a deteriorar como consecuencia de los excrementos de estas aves con las que los vecinos están cansados de lidiar diariamente.