A pesar de la sequía prolongada durante estos 3 últimos años, especialmente agravada este último, el Pantano de Iznájar tiene a día de hoy más agua embalsada que el año anterior por esta misma fecha. Concretamente en la actualidad el pantano se encuentra al 15,33% de su capacidad mientras que el año pasado se encontraba al 12,39%. La racionalización del agua de riego por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que minoró bastante las dotaciones de agua para los cultivos (575 m3/Ha en olivar), la no siembra de los arrozales en la desembocadura del Guadalquivir, y la correcta gestión por parte de las Comunidades de Regantes y agricultores han hecho como podemos observar en la gráfica que se acompaña, que si bien a principios de año el agua embalsada era mucho menor frente a la de primeros de 2022, en estas fechas la curva se haya invertido.
Concretamente a primeros de Junio se planificaron 5 desembalses de 5 días de duración cada uno hasta finales de Septiembre. Si bien la dotación por hectárea es la menor en la Historia de las Comunidades de Regantes, muy lejana a la adecuada, los agricultores han cumplido estrictamente con sus cupos de riego, para por lo menos tener unas «medias cosechas» en el mejor de los casos.
No por ello la situación de sequía deja de ser alarmante, el comienzo del otoño está siendo extremadamente seco y caluroso, peligrando por tanto la campaña del Verdeo puesto que sin riego la aceituna se arruga. Los agricultores de la comarca miran al cielo deseando la ansiada lluvia que riegue sus cultivos y llene los pantanos.