Esta semana, otra de esas noticias desagradables. Puente Genil vuelve a dejar escapar una subvención millonaria (2´6 millones) del Ministerio para invertir en necesidades como eficiencia energética, mejoras en entorno del río y el casco histórico, o equipar edificios patrimoniales. En este caso parece que el proyecto encargado a una consultora no ha convencido, pero ya van varias decepciones en este sentido, y habría que tomar nota.
Puente Genil fue el único municipio mayor de 20.000 habitantes de la provincia que no consiguió los millones de euros en fondos europeos que sí consiguieron nuestros vecinos para llevar a cabo su plan estratégico de desarrollo. Más tarde, también fuimos de los pocos pueblos del entorno que no consiguió los 700.000 euros a los que optábamos para invertir en caminos rurales de uso agrícola.
A estos fracasos hay que añadir las ocasiones en las que sí hemos recibido subvención para obras (como las de Cuesta del Molino y Madre de Dios), pero al no cumplir los plazos de ejecución, hubo que devolver más de medio millón de euros.
También, en múltiples ocasiones, Puente Genil directamente no presenta proyecto para optar a subvenciones MILLONARIAS de otras administraciones con las que dar respuestas a necesidades urgentes, tal es el caso de las numerosas convocatorias para subvencionar la eficiencia energética: aquí se optó por una externalización que no se ha materializado, mientras Aguilar o Lucena han recibido millones para renovar su alumbrado público y ahorrar en energía. Mientras tanto, la factura energética del Ayuntamiento de Puente Genil se ha multiplicado por dos.
A esto hay que sumar las veces que Puente Genil no puede optar a fondos europeos millonarios por no tener los deberes hechos: no podíamos optar a los 800.000 euros que por ejemplo Lucena ha recibido para ampliar su carril bici por no tener aprobado nuestro Plan de Movilidad Sostenible.
Y está el caso del agua: hay necesidades urgentes en la red de abastecimiento que ocasionan averías, cortes o inundaciones en diversas zonas, pero no se han presentado proyecto a la convocatoria del Ministerio para optar a hasta 10 millones de euros para mejora de esta red.
Es decir, en Puente Genil, la mayoría de las veces se escapan las subvenciones millonarias, o hay que devolverlas por incumplimientos, o no se cumplen los requisitos para poder presentar proyecto, o directamente no se presenta proyecto para optar a ellas.
Eso no ha sido así siempre. Fuente Álamo y otros activos de Puente Genil se consiguieron porque se trabajaba para conseguir esos fondos de todas las administraciones. El problema es que ahora hay un desmantelamiento de la estructura municipal que dificulta trabajar en esa línea. Los técnicos municipales, más que cualificados, están saturados, y se hace difícil estar al tanto de convocatorias de subvenciones, los criterios para seleccionarlas, implementar esos proyectos y subsanar cuando es necesario. No hay una cadena de mando clara, no hay una coordinación de recursos para identificar oportunidades, aunar criterios y facilitar la captación de estos fondos millonarios que vemos pasar de largo tantas veces.
La solución pasa por centralizar esa captación de fondos en una oficina que tenga claras las necesidades, sepa identificar las oportunidades que ofrecen las convocatorias de subvenciones de distintas administraciones y seleccione las más interesantes, que coordine a las distintas áreas municipales para armar proyectos solventes, realistas y transversales; que planifique la presentación de esos proyectos e involucre a la ciudadanía en su elaboración, que prevea las posibles respuestas a problemas para subsanar en forma y tiempo los errores o carencias de dichos proyectos. En definitiva, una oficina con un procedimiento claro, eficaz y eficiente para maximizar las posibilidades a la hora de conseguir el máximo de fondos de Diputación, Junta de Andalucía, Gobierno Central y Europa, para mejorar Puente Genil.
Esta área de captación de subvenciones ni tiene por qué ni debe ser una súper estructura administrativa costosa. El Ayuntamiento de Puente Genil ya tiene a personas más que expertas y capaces en este tipo de labores, que se llevan a cabo en municipios incluso más pequeños que el nuestro. Municipios que tampoco tienen una empresa municipal de desarrollo local, como la que sí tiene Puente Genil. Y, en cualquier caso, cuando esta oficina encargue la elaboración de estos proyectos a consultorías externas, hay que vincular el coste de este asesoramiento al éxito del mismo. Basta de pagar tarifas planas al límite de contrato menor (18.000 euros) para adjudicar libremente proyectos que acaban fracasando una y otra vez.
No es ninguna quimera, ni supone inventar la pólvora. Simplemente es que creemos que se puede llegar más lejos si el destino está claro, creemos en la capacidad de nuestro Ayuntamiento y creemos en Puente Genil.