La ciudad que nunca duerme. Así es como se conoce a Nueva York, un lugar al que muchos sueñan con ir al menos una vez en la vida por lo que supone a nivel experiencial. Puede que cierres los ojos y seas capaz de verte allí, en la Gran Manzana o dando un paseo por el Central Park. Viendo un partido de fútbol americano, o en el Madison Square Garden – pista en la que juegan los New York Knicks sus partidos en la NBA -. Ahora es el momento de abrirlos y de viajar hasta allí de la mano de una pontanesa que ha vivido muchas experiencias en Estados Unidos, país en el que reside desde hace años pero desde el cual siempre tiene a Puente Genil presente. Yolanda de Paz Reina emigró y hoy Solo Puente Genil te acerca su historia.
PREGUNTA: ¿Cómo recuerdas tu infancia en Puente Genil?
Yolanda de Paz Reina: Fue una infancia muy feliz. Yo soy del Barrio Bajo, allí vivían también mis abuelos. Soy de una familia grande que ha mantenido siempre mucho contacto, así que muchos de los hermanos de mi abuelo y primos de mi madre vivían o tenían casa en el barrio; amigos de mis padres, que algunos eran familia y otros como si lo fueran también vivían allí, con este panorama el barrio era para mí una extensión de mi casa y de mi familia. Muchos niños del barrio íbamos al colegio de Compañía de María así que subíamos y bajábamos juntos, o para ir a las actividades extraescolares había que subir también así que hacíamos mucha vida juntos. A día de hoy, mis amigas son todavía esas niñas del barrio.
Con ellas quedaba para ir al paseo con los patines o a saltar a la comba o simplemente a comprar chuches al quiosco de Chaparro y a sentarnos en el paseo. Los mejores días eran los de la verbena de San Juan, se celebraba por entonces en la Plaza Emilio Reina, por el día las madres del barrio organizaban juegos para los niños, nos apuntábamos todos, la prueba estrella era la gymkana, en la que teníamos que ir resolviendo pruebas por todo el barrio, era muy divertido . Es un privilegio para un niño crecer en un entorno así, para mí ha sido sin duda una de las muchas cosas en las que he tenido suerte en la vida.
Mis padres, además, me apuntaban a todas las actividades que organizaban Cano y Rafi como los cursos de esquí o las acampadas libres. Gracias a ellos muchos niños del pueblo pudimos disfrutar de actividades que no eran nada común en los pueblos de nuestro entorno a principios de los años 90. Creo que para Puente Genil fue una suerte enorme tenerlos y a mí, personalmente, me abrieron las puertas a disfrutar de actividades que todavía hoy practico.
P: ¿Que te llevo a irte a vivir a EEUU?
YDPR: Aquí vinimos por trabajo en 2012, ya habíamos vivido fuera de España algunos años así que nos pareció una buena oportunidad para crecer profesionalmente. Veníamos con la idea inicial de estar un periodo corto de dos o tres años, pero surgieron nuevas oportunidades aquí y decidimos quedarnos. Aunque siempre se echa de menos tener a la familia y a los amigos cerca, hemos tenido la suerte de rodearnos de buenos amigos que hacen las veces de esa parte de familia y amistad que nos falta.
PREGUNTA: ¿Cómo es la vida en EEUU?
YDPR: Es muy diferente según el sitio de Estados Unidos en el que vivas. Nosotros vivimos en Manhattan unos años y, aunque fue una de las mejores experiencias de mi vida y conocí gente increíble, es una ciudad muy exigente profesional y personalmente que te lleva a tener la sensación de que nada es suficiente. Cualquier plan personal hay que planearlo al detalle y con semanas de antelación, puede ser agotador. Al poco de nacer nuestros hijos nos fuimos a vivir a una ciudad a las afueras de Manhattan pero en el estado de Connecticut y aquí la vida es mas tranquila. Es una ciudad de costa ubicada en un entorno natural muy bonito. Ir a vivir a las afueras es la evolución natural de muchas familias americanas con hijos en edad escolar porque buscan un entorno más tranquilo y buenos colegios públicos. Es una ciudad además muy segura, las casas están siempre abiertas y comunican los jardines traseros unos con otros, así que los niños entran y salen de las casas de los amigos con bastante libertad, cosa que es imposible hacer en Manhattan.
El deporte también es una parte muy importante de la vida aquí, hay ligas oficiales de casi todos los deportes y con un nivel alto de exigencia, así que la vida de los niños está muy enfocada a los entrenamientos y las competiciones que en el futuro les ayudarán en su búsqueda de Universidad. Las competiciones son grandes eventos deportivos sobre todo en los institutos y en los deportes más populares como el baloncesto o el fútbol americano.
La vida social está muy condicionada por el clima, otoño y primavera condensan todos los eventos musicales y culturales. Sin embargo, los inviernos son muy fríos y obligan a una vida más tranquila en casa y a organizar actividades en la nieve.
P: ¿Se echa de menos Puente Genil?
YDPR: Sí, claro que se echa de menos. Se echa de menos la familia y los amigos. Se echan de menos cosas sencillas a las que estando allí seguro que no le daba ninguna importancia y que valoras más con la distancia, como salir a darte un paseo y ver caras conocidas, quedar con los amigos para un comer y que las comidas duren horas. Y se echa de menos Puente Genil en los días grandes de la Cuaresma o la Semana Santa, ver las calles llenas, los preparativos en las casas los días previos, los planes de mis amigas que lo viven con sus hijos, las reuniones con la familia… a perderte eso creo que no te acostumbras. Y estar fuera hace que te pierdas acontecimientos familiares, celebraciones que no se viven igual en la distancia.
P: ¿Cuándo fue la ultima vez que estuviste en Puente Genil?
YDPR: La pasada Navidad. Desde que nos vinimos hemos ido dos veces al año a España, en Navidad y en verano. La Navidad la pasamos en Puente Genil. Tuvimos suerte porque nos nacionalizamos americanos en noviembre del 2019, así que incluso durante los años de la pandemia, cuando estaba restringida la entrada a los países a los nacionales pudimos ir a España con normalidad; lo que fue de gran ayuda porque era bastante duro vivir la situación de incertidumbre y caos que había desde la distancia.
P: ¿Qué es lo que más te gusta hacer cuando vienes a Puente Genil?
YDPR: Pasar tiempo con la familia y los amigos. Quedar con mis amigas de siempre y ponernos al día de nuestras vidas, que aunque ahora es fácil estar conectado, no es nunca lo mismo que verse. Estar con mis padres en casa, que por suerte siempre esta llena de familia cuando llegamos. Me gusta llevar a mis hijos a jugar al paseo o a la Galana, siempre hay niños jugando y se unen a ellos como unos más. En Navidad los llevamos a ver el alumbrado y a ver los Belenes. Son los mejores planes.
P: ¿Cómo se ve Puente Genil desde la distancia?
YDPR: Para mí es mi casa, así que no se si puedo ser objetiva, yo lo veo como un pueblo de gente acogedora que valora y cuida sus tradiciones, que ha sabido mantenerlas vivas en cada generación y hacer participes a todos los que quieran ser parte de ellas, yo creo que eso hace que muchas personas que tienen familia en el pueblo o que vivieron allí unos años de su vida mantengan el vínculo con el pueblo. Puente Genil tiene la suerte de contar entre sus vecinos con gente que pone su tiempo, y sus conocimientos al servicio de todos los vecinos para mantener esas tradiciones, o para ampliar la oferta cultural y musical con lo que eso aporta a un pueblo como Puente Genil.
Creo que Puente Genil tiene mucho potencial, porque ya hay generaciones que después de haber estudiado y trabajado fuera vuelven al pueblo por elección y pueden aportar valor al mundo empresarial de Puente Genil, también su localization geográfica es una ventaja que se tiene en cuenta si te planteas el teletrabajo.
La verdad es que al principio cuando vas a estudiar o a trabajar fuera te sorprende la cantidad de gente que lo conoce, creo que no ha habido un sitio donde no haya conocido a alguien que tuvo un amigo, o tiene familia, o haya oido hablar de Puente Genil, eso dice mucho de como somos.