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Técnicos de Egemasa acompañan al entomólogo Mikel Bengoa para identificar el origen de la plaga de mosquitos en el entorno de Cordobilla

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Técnicos de la empresa municipal Egemasa han acompañado al entomólogo Mikel Bengoa en la visita que este ha realizado al entorno del Embalse de Cordobilla para tratar de identificar el origen de la plaga de mosquitos que está afectando a los vecinos de las aldeas más cercanos a la zona. Bengoa explicó que su cometido era “hacer un diagnóstico de la situación para ver, primero, qué mosquitos están afectando a la población, y luego ver dónde están criando esas especies”. “Por lo que estamos viendo y las imágenes que nos están enviando, lo más probable es que se trate del aedes caspius, que es un mosquito que cría en grandes extensiones de agua y, es por ejemplo, aquí en el pantano, donde más probablemente podamos encontrar focos de crías, de modo que una vez que veamos, procederemos a ver cuál es la mejor manera de actuar y cuál es la mejor manera de combatir esta especie”, explicó el prestigioso especialista.

Bengoa señaló que, en concreto, “se trata de un tipo de mosquito muy agresivo y, por lo tanto, se necesitan fuertes estímulos para alejarlo de nosotros, con lo cual, ahora mismo lo mejor para combatirlo son los repelentes cutáneos que nos ponemos en la piel”. En este punto, el experto añadió que “la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda repelentes que tengan icaridina o también DEET que son muy efectivos, pero con la advertencia de que no se pueden poner a niños menores de dos años”. Bengoa también agregó que los focos de cría de estos mosquitos están en grandes extensiones “y habitualmente los ciudadanos no podemos hacer nada en nuestras propiedades privadas para evitar esta especie”.

Por último, el entomólogo también apuntó que en la zona puede haber otras especies de mosquitos, como el culex pipiens o mosquito común, más visible en horario nocturno, “y ese es más probable que críe cerca nuestra, bien en imbornales, puentes ornamentales o en piscinas que no estén cloradas”. En este caso, Bengoa dijo que dicha especie “nos puede picar más bien en una franja horaria nocturna que puede ir desde las doce de la noche hasta las cinco de la madrugada, aproximadamente”. 

     
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