Estaba cantado y muchos ya sabían desde hacía tiempo que era un secreto a voces. Pero no por esperado ha dejado de ser noticia. El único concejal de Ciudadanos, Lorenzo Moreno, ha anunciado esta semana su adiós a la vida política municipal y lo ha hecho haciendo balance de lo que ha sido su paso por la Corporación Municipal en estos últimos cuatro años. A pesar de la claridad con la que “Chencho” siempre se ha expresado ante los medios de comunicación, lo cierto es que su participación en la política local ha sido difícil de descifrar. Y es que entre el concejal -prácticamente desconocido para la opinión pública- que consiguió más de 1.100 votos en 2019 gracias, en gran medida, al tirón de la marca Ciudadanos, y el actual concejal de Medio Ambiente que acabará su etapa en junio cerrando un periodo de tres años de pacto de Gobierno con el PSOE, ha habido un proceso de cambio no siempre fácil de explicar que ha derivado en situaciones incómodas.
Moreno llegó con las ideas claras, frescura, ganas de hacer cosas, y con la intención de aportar un concepto diferente a la política municipal a partir de una regeneración de la vida política. Los resultados de la noche electoral de 2019 le dieron el honor y la responsabilidad de formar parte de los 21 concejales elegidos, pero el reparto y la composición de la Corporación, prácticamente lo pusieron en la picota desde el principio al ser el hombre que podía desnivelar el equilibrio de fuerzas. Apoyar al PSOE o apoyar a la oposición, ese era el dilema que el voto de “Chencho” ofrecía, y eso fue un problema en los primeros meses. Si votaba a favor de unos, críticas de los otros; y si apoyaba a los otros, criticas de los unos. Una situación incómoda.
Pero la idea de Moreno era aportar al Gobierno municipal y para eso alcanzó un pacto con el PSOE en un momento complejo, tras la primera ola de la pandemia; y en un escenario más difícil todavía, con su partido pactando con el PP en el Gobierno autonómico. Muchos no se lo perdonaron, pero él insistió en que podía sumar en áreas como Urbanismo o Agua. Sin embargo, un año después, las negociaciones con Emproacsa y en el enquistamiento de la decisión a adoptar sobre el futuro modelo de la gestión del agua, supusieron un punto de inflexión. “Chencho” dijo basta y marcó territorio. Renunció a varias de sus delegaciones, pero no rompió el acuerdo de gobierno siguiendo dentro del mismo apoyando al PSOE. Una situación incómoda.
En esos meses de tiras y aflojas, Moreno quiso seguir dando coherencia a su paso por la política, y aunque apoyó muchas propuestas de los socialistas, no dio su brazo a torcer en el asunto estrella de la gestión del agua. Curioso era verlo en los plenos argumentando opiniones totalmente contrarias a las de sus compañeros socialistas, formando parte del gobierno municipal. Y en ese contexto, nueva vuelta de tuerca tras la marcha de Verónica Morillo. “Chencho” asumía nuevamente galones y pasaba a convertirse en concejal de Medio Ambiente. Si antes había desconfianza y no se sentía partícipe de las decisiones, ¿cómo es que meses después asumía una delegación tan importante como Medio Ambiente poniéndose al frente de Egemasa? Una situación incómoda.
Finalmente, Moreno que ya tenía claro que no iba a seguir por razones personales, familiares y profesionales, puso la guinda esta semana recordando que en estos años se ha sentido demasiado sólo y no ha encontrado el apoyo que esperaba. Su partido, en declive, no ha sido el sostén al que asirse, y él, que no tenía necesidad de vivir de la política, no ha tenido más ganas de recibir críticas, algunas de ellas de ese tipo de gente que uno menos espera. Al menos a “Chencho” le honra su honestidad para decir adiós y, con ello, cortar por lo sano con las situaciones incómodas.
Por su parte, el resto de formaciones políticas aún no han comenzado de un modo intensivo su precampaña electoral, que en estos días previos a la Semana Santa se circunscribe a las finalizaciones de las recientes obras por parte del equipo de gobierno, la convocatoria de la manifestación en Córdoba por la sanidad, en que la han estado muy implicados tanto PSOE, como especialmente IU y una reunión de estos últimos con la directiva de la asociación de empresarios. Por lo demás están aún por definir el orden exacto de sus listas en los primeros 10 puestos, caso de IU o directamente aún no han presentado a todos sus integrantes a la espera, suponemos, de encajes de última hora, caso del PP.
En lo que corresponde a las tareas de gobierno, los partidos con representación en el Ayuntamiento, se enfrentan este lunes aun pleno casi monográfico sobre la gestión del agua, que tantos «ríos de tinta digital» ha hecho correr en los últimos años, en el que debatirán sobre la propuesta de EMPROACSA
Por último, falta de pocas semanas para «el cierre», el expolicía local, Daniel Tejero anunció por Redes Sociales su intención de concurrir a la alcaldía de Puente Genil mediante una agrupación de electores creada ex profeso. Pese a la reciente noticia de la condena a Tejero, que conllevaría una inhabilitación para cargo público, al no ser firme, no sería un impedimento por el momento. Según relata Daniel en sus comunicados, ya está en proceso de recabar las 500 firmas de ciudadanos censados en Puente Genil que necesitará para poder presentarse, así como los 30 nombres que formarías sus hipotéticas listas para estas elecciones.
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