Una banda de música es algo más que los que tocan detrás de cada paso en Semana Santa… y en este café con Samuel, se puede ver de primera mano todo lo que hay además de música y por qué no dejan de crecer.

Más de 25 años y ya 3 generaciones en la banda, donde críos recién llegados aprenden de los veteranos y donde los más mayores disfrutan de la ilusión de los jóvenes y cómo viven la vida. Eso de la intergeneracionalidad que tanto llena la boca de algunos políticos lleva mucho existiendo y este grupo tan heterogéneo es un maravilloso ejemplo, donde padres e hijos y parejas que se unen o que se descubren ahí, comparten mucho más que música. Un lugar donde iniciarse desde cero, donde aprender música (obviamente), donde aprender disciplina, trabajo en equipo, donde socializar y crecer, donde formar parte de una comunidad que comparte aficiones, pasión… 

Todo un descubrimiento para mí, que llevo años escuchándolos ensayar a deshoras desde mi oficina del polígono, pero que jamás imaginé que tenía tanto detrás como lo que me he encontrado. Gracias por dejarte, Samuel… un verdadero placer y prometo que a partir de ahora, os escucharé de otro modo.