¿Cómo se conduce en Puente Genil? La pregunta da para muchas respuestas, pero la global sería… cada vez peor. Y es que de un tiempo a esta parte coger el coche para moverse por la localidad supone enfrentarse a todo tipo de obstáculos, muchos de ellos inesperados, que obligan a estar alerta, con todos los sentidos puestos, para no llevarse un disgusto.
De entrada esta la cada vez mayor falta de empatía de conductores y peatones. Darse una vuelta con el vehículo implica ver coches estacionados en lugares donde en muchas ocasiones no procede, conductores que hacen caso omiso de las señales de prohibición y que, a veces, ponen en riesgo al resto circulando incluso en dirección prohibida. A ello se le suman adelantamientos indebidos o excesos de velocidad en zonas con una limitación expresa, baste citar como ejemplos las entradas / salidas de la localidad que algunos usan a modo de circuito para poner a prueba sus coches comprobando si sus motores son capaces de llegar de 0 a 100 en pocos segundos. Y a todo ello se le suman peatones osados y confiados que no dudan en exponer su integridad “tirándose” en algunos casos ante los coches obligándoles a ralentizar su marcha, gente que circula en patinete –por supuesto sin casco- saltándose señalización o poniendo en riesgo a quien está dando un paseo por una acera, o ciclistas que, en zonas donde hay carril bici, deciden marchar en paralelo y fuera del mismo, dibujando una estampa absolutamente insólita.
Ante esta situación, que desde luego obedece a una amplia reflexión sobre lo que está pasando, la respuesta está siendo aumentar la instalación de resaltos en zonas peligrosas. Es verdad que algunas de estas medidas de calmado de tráfico responden a quejas vecinales, y pueden estar justificadas ,por ejemplo, en la Avenida de la Estación a la altura de la Parroquia del Carmen, donde en los últimos años se han producido siniestros con pérdidas de vidas, pero precisamente la instalación de esos nuevos elementos también está generando debate respecto a su volumen y envergadura, porque también son muchos los conductores que circulan bien y correctamente, que se quejan del impacto que estos resaltos provocan en sus vehículos, por cierto, los próximos anunciados en la calle Elio Antonio de Nebrija, frente a la residencia Inmaculada Concepción, y en la calle Nueva, a la altura de la Plaza Concejala Charo Prieto.
Sea como fuere, los datos de la Policía Local son reflejo de todo lo expuesto. Sólo en Semana Santa hubo 50 vehículos retirados por la grúa municipal, 31 requerimientos sobre estacionamientos indebidos, tres accidentes de circulación, y cuatro pruebas de alcoholemia positivas, incluyendo en ese apartado dos delitos contra la seguridad vial…. Y seguramente muchos de ustedes piensen que es un balance escaso para la percepción global. La conclusión es que los pontanenses o nos estamos relajando al volante más de la cuenta, o estamos haciendo de nuestro pueblo un lugar tremendamente complicado para circular en coche. Ya no sólo lo decimos nosotros, los que vivimos aquí, sino también quienes vienen de fuera, y evidentemente eso inquieta. O ponemos todos de nuestra parte, o esto se nos va de las manos, como efectivamente está ocurriendo.
