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Cultura declarará BIC el complejo industrial de Nuestra Señora del Carmen

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La Comisión de Patrimonio Histórico aprobará mañana el inicio del trámite para inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz la Colonia Industrial Nuestra Señora del Carmen de Puente Genil. Las industrias «El Carmen» albergaron distintas líneas productivas de aceites de oliva y aceites refinados de oliva y orujo.

La delegada territorial de Cultura y Patrimonio Histórico, Cristina Casanueva, ha afirmado que “iniciamos el procedimiento para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) estas industrias, situadas en un lugar estratégico junto a las líneas del ferrocarril dando lugar a la creación de un barrio de trabajadores compuesto por sus viviendas, la iglesia Virgen del Carmen, economato y las escuelas para los hijos de los obreros, todo ello a modo de colonia industrial de finales del siglo XIX”.

La zona más antigua del complejo fabril es de 1904 aunque hasta 1954, año en el que se construye la fábrica de aceite y derivados, se verá sometida a muchas modificaciones. Se mantuvo en funcionamiento hasta el año 1965, aunque también hay fuentes que fechan el inicio del funcionamiento de la fábrica el 17 de junio de 1905, su  inauguración en julio de 1908 y su cierre en 1966. 

     

El complejo de El Carmen se construyó por encargo del empresario de Puente Genil, Antonio Baena Delgado y el arquitecto local Rodrigo García Luque. Estaba cercado por una verja de ladrillo visto y la cancela, por la que antiguamente se accedía a la fábrica que era de hierro, rematada con puntas en forma de flor de lis.

El espacio productivo de este conjunto se compone en la actualidad de la fábrica de harinas, actual Hotel el Carmen; la fábrica de aceite, actuales dependencias del Hotel; refinería de aceite y jabonería, actual sede de una empresa pública municipal; fábrica extractora de orujo; chimenea fábrica de orujo; parroquia Nuestra Señora del Carmen; viviendas de trabajadores; y colegio, actual sede de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado.

“La delimitación del bien propuesto se ha realizado sobre el espacio que ocupa el conjunto de parcelas e inmuebles que conforman la fábrica Nuestra Señora del Carmen, con su emplazamiento en el casco urbano, con el objetivo de proteger este singular patrimonio industrial inmueble velando por su correcta articulación con el planeamiento urbanístico, para que quede constancia en las futuras generaciones de cómo era un barrio obrero industrial de principios de siglo XX”, ha subrayado la delegada territorial.

Una de las pocas colonias industriales de Andalucía

Según el Plan General de Ordenación Urbana de Puente Genil, la antigua fábrica «El Carmen» está incluida en el Pre-catálogo de Edificios Protegidos. Casanueva ha explicado que “existen criterios para proceder a realizar este trámite. «El Carmen» se puede considerar como uno de los pocos casos de colonia industrial que existieron en Andalucía, siguiendo el modelo catalán o vasco. Los inmuebles que conforman la Colonia Industrial conjugan un valor material tangible y otro simbólico, bienes patrimoniales con una función social, y que pueden ser un referente de identidad cultural”.

En cuanto al valor histórico, la delegada ha explicado que la industria «El Carmen» es fruto de la floreciente industrialización de Puente Genil, desde finales del siglo XIX hasta el primer cuarto del siglo XX, auspiciada por la burguesía agraria local. Estas industrias y el conjunto de inmuebles de las inmediaciones, se edifican para albergar a la población que trabajaba en la misma, lo que representa un valor histórico-social.       

El valor arquitectónico del complejo industrial que se genera en torno a la fábrica de El Carmen es el más representativo del municipio, con un gran valor de conjunto. La fábrica de harinas es un edificio representativo del patrimonio industrial de Puente Genil. El modelo inglés de fábrica de pisos de las harineras constituye la tipología industrial más representativa, como modelo productivo en cadena.

     

El conjunto destaca igualmente por el valor de imagen, paisajístico o ambiental en el entorno, así como por su conjunto entre paisajes, arquitecturas, instalaciones y maquinarias que, de manera global, ofrece una visión más de conjunto que el que aporta la fábrica aislada.

Respecto al valor urbanístico, los edificios individuales que conforman el conjunto presentan una fuerte impronta histórica, muy ligada a la historia industrial de Puente Genil, y pueden generar desarrollo urbano a largo plazo y contribuir al rescate de ciertas áreas urbanas deterioradas. Entre los aspectos que propician su inclusión se ha tenido en cuenta igualmente su valor funcional. La valoración funcional del bien que se realice debe asegurar el buen uso del mismo, conservando su función inicial o proponiendo nuevos usos que respeten su condición monumental. Un uso apropiado del bien favorecerá su conservación y su buena gestión, mientras que una adaptación mal concebida puede causar su degradación.

El valor particular de las chimeneas y su importancia en la historia de Puente Genil se refleja en que forman parte del paisaje y de su evolución morfológica. Todas carecen de uso en la actualidad, y se  encuentran abandonadas y desprotegidas pese a su fácil identificación visual, pudiendo llevar a la desaparición de las mismas. Estas construcciones tienen una serie de valores particulares, urbanísticos, históricos y de contexto, de conjunto, tipológicos o paisajísticos, testigos del pasado industrial de Puente Genil, convertidos en elementos simbólicos y propios del paisaje de la localidad.

En cuanto al valor artístico, el aspecto estético, es representativo de una época y estilo, y proporciona una base de información fundamental para la estrategia en una posterior intervención. Del conjunto destaca la fusión entre su estética y funcionalidad, que hacen de este conjunto un ejemplo singular de arquitectura industrial.

Los edificios que conforman El Carmen han perdido su finalidad original, transformados en su mayoría en la actualidad con nuevos usos, excepto la refinería de orujo y algunas viviendas, enclaves que hay que proteger para garantizar su conservación o bien, otorgarles un nuevo propósito como su transformación en museos, centro cultural, o viviendas en uso.

Otro de los aspectos a tener en cuenta es el valor de identidad, por la importancia que posee para una sociedad una obra construida como elemento aglutinador capaz de otorgar su valor definitivo patrimonial a un bien, para su salvaguarda, conservación y restauración.

El valor social juega un papel importante en el establecimiento de la identidad social y cultural además de generar indirectamente la implicación en el entorno local, lo que propicia el mantenimiento y la reparación del mismo, y suscita el interés popular.

«El Carmen se convierte en un espacio íntimo de alto contenido simbólico, condensador de sentidos y emociones, donde el observador, es un incansable transmisor de ideas. Este patrimonio será legitimado por la sociedad en la medida en que pueda considerarse capital simbólico y despertar un sentimiento identitario.

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