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Los flamencos regresan a la Laguna de Tíscar, una de las reservas naturales protegidas del Sur de la provincia

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EFE. Álvaro Vega. El agua recogida durante diciembre en la laguna de Tíscar, una de las reservas naturales protegidas del Sur de la provincia de Córdoba, enclavada en el término municipal de Puente Genil, ha propiciado la presencia de más de un centenar de flamencos rosas y por encima del medio centenar de avefrías. Estas aves, entre las veintiséis especies diferentes censadas a lo largo del mes enero por los agentes de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, son las más destacadas que se han visto en los humedales protegidos del Sur de la provincia cordobesa, según ha explicado su director conservador, Juan de la Cruz.

El pasado lunes había en Tíscar 111 flamencos rosas y 61 avefrías, que se unían a las otras 25 especies repartidas en los humedales supervisados, entre los que están la garza real, cigüeña blanca, cormorán, focha común, porrón común, ánade azulón, somormujo lavanco, zampullín chico, pato colorado, porrón pardo, gallineta y el aguilucho lagunero.

En Tíscar, que actualmente presenta una lámina de 14 centímetros de agua, el pasado miércoles se censaron cinco especies diferentes (además del flamenco rosa y el avefría, la cigüeña blanca, el pato cuchara, y el andarríos grande). 

     

La sequía, especialmente la de los tres últimos años, ha hecho que las lagunas del Sur de la provincia de Córdoba hayan regresado a la situación en que se encontraban hace 27 años, antes de las grandes lluvias de 1996, que supuso situar los humedales en una situación desconocida en la mayoría de los casos hasta entonces. Las lluvias recogidas desde septiembre han mejorado la situación, aunque, en opinión de De la Cruz, lo recogido en los cinco meses del año agrícola no es excepcional, sí que se hayan dado noventa litros en diciembre, aunque rompe la tendencia de sequía de las últimas tres anualidades. En opinión del director conservador de la Reservas Integrales de las zonas húmedas del Sur de Córdoba, este es, sin duda, «el mejor año de los último cuatro años».

Si la segunda semana de agosto pasado, la laguna señera de la zona, la de Zóñar, que albergó en 1977 la última colonia del pato malvasía, con los últimos veintidós ejemplares de Europa Occidental, tenía once metros, frente a los 10,99 de mínima medidos en octubre de 1995 antes de las lluvias de esa temporada, el miércoles pasado estaba en 12,86 metros, frente al máximo histórico de 16,67 que se dio en febrero de 2010. Esto hace que Zóñar esté, aproximadamente, a dos tercios de su capacidad máxima, alrededor de tres hectómetros cúbicos de agua, precisa el máximo responsable técnico de su conservación.

Los datos facilitados a EFE por la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul señalan que la laguna Amarga, en Lucena, la tercera de las permanentes de las protegidas en el Sur de Córdoba y la segunda donde hay flamencos rosas después de Tíscar, ha subido más de un metro desde agosto, al situarse el miércoles en 2,63 metros de profundidad, aunque muy lejos de su máxima, que está por encima de los siete metros.

Permanecen aún secas, además de Rincón, la de los Jarales, en Lucena, y la del Conde o Salobral, en Luque, mientras que los parajes naturales de los embalses de Malpasillo, entre los términos municipales de Lucena (Córdoba) y Badolatosa (Sevilla) y Cordobilla, entre estos dos últimos y también lindero con el de Puente Genil (Córdoba), en el cauce del río Genil, se encuentran en niveles óptimos de agua, ya que se regulan por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. De hecho, el de Cordobilla, un espacio creado por el ser humano, tiene el mismo número de especies, quince, que la laguna de referencia generada por la naturaleza, Zóñar, según el censo referido al lunes pasado, y acoge la mayor colonia de garza real de la provincia de Córdoba. (Foto / Rafael Alcaide)

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