Llegó, vio y venció. Arropado por un público absolutamente entregado que lo esperaba con ansia y pasión, Antonio Orozco ofreció en Puente Genil uno de esos grandes conciertos que tanto se echaban de menos por estas latitudes, un recital capaz de destilar el sabor de ferias de antaño con artistas de primera fila sobre las tablas del escenario del Colegio Agustín Rodríguez.

El artista catalán, con raíces ursaonenses, consagrado y curtido a base de tenacidad, constancia y trabajo, conectó fácilmente con quienes corearon las letras de sus canciones prácticamente desde los primeros acordes de «Llegará» o «El viaje», pero el ambiente fue in crescendo durante la noche gracias a otros grandes éxitos como «Hoy será», «Que me queda» y «Te esperaré», que acabaron por subir la adrenalina de los presentes.

Sin embargo, lo mejor estaba por llegar. Antonio Orozco mostró su lado más intimo y personal para emocionar al público pontanés con clásicos como «Devuélveme la vida» y «Estoy hecho de pedacitos de ti», antes de deslizar las notas y acordes de «Mi héroe», himno que muchas personas han adoptado como propio para recordar a los seres queridos fallecidos durante la pandemia, preludio también de «Entre sobras y sobras me faltas», que encogió los corazones más sensibles al unísono de la letra que culmina con aquello de … «Y sobraron las quinientas veces que dijimos que no»….

«Lo que tu quieras soy» fue una de las últimas canciones en sonar en una noche mágica e irrepetible de comunión absoluta entre artista y público, una noche en la que, con el gran Antonio Orozco, Puente Genil recuperó la tradición de sus extraordinarios conciertos de Feria.