OPINIÓNSEMANA SANTAx_Mario Quero

Y después de Semana Santa, ¿qué?

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Fotografía de la Patrona cuando tuvo que recortar recorrido por falta de bastoneros

Ahora que se acerca una de las épocas más importantes para el Puente Genil creyente y cofrade (al menos en teoría), con la llegada de la festividad de la Inmaculada Concepción, Patrona de esta villa, me viene a la mente una pregunta que me la he planteado muchas veces: Y después de Semana Santa, ¿qué?.

Puente Genil es un  pueblo en el que la Semana Santa es uno de sus mayores atractivos, su Fiesta Mayor  y, aunque no todo sus habitantes participan, es, casi con total seguridad, donde mayor número de pontanenses se echan a la calle de forma activa o, simplemente, para ser mero espectador.

Siendo esto así, lo lógico sería que las Cofradía de Gloria o aquellas que no procesionan o no tienen su actividad más intensa en la Semana de Pasión, fueran,  también, un fuerte imán tanto de hermanos como de afluencia de público. Y lo digo en condicional porque nada más lejos de realidad.  Nuestro pueblo cuando sale de los días de Cuaresma y Semana Santa entra en un «letargo manantero» que condiciona y merma en las cofradías, hermandades y procesiones que realizan su actividad fuera de estos días. 

     

Sin contar las procesiones de las aldeas, donde «su gente» se vuelca con sus patronos,  las cofradías de Gloria de nuestro pueblo suelen tener problemas de gente para llevar sus tronos y algunas de ellas no son muy concurridas de público.

En unas semanas tendremos a la Patrona de Puente Genil en la calle. Hace un par de años, y yo como afectado en primera persona, a la hora de la salida procesional sólo había presentes una veintena de bastoneros para llevar a la Purísima Concepción; repito, Patrona de Puente Genil. Hecho que desembocó en tener que recortar el recorrido prácticamente a la mitad. Algo insólito e impensable en otro muchos lugares. Mientras Jesús Nazareno posee tres turnos de bastoneros,  la Inmaculada ha tenido que reformar su paso para no tener problemas de personal en el futuro.

Procesión del Corpus Christi

La procesión del Corpus Christi debería ser la más importante del año para cualquier cristiano, y por lo tanto, cofrade que se precie. Pero en Puente Genil no es así. Con un paso portado por hermanos costaleros de veinte personas, la cuadrilla no supera esta cantidad en mucho más para poder portar a Dios, y en otras ocasiones, no se ha podido completar el paso. Y los años que procesionaron otro pasos en parihuelas, como el Sagrado Corazón de Jesús, se las vieron y desearon para poder encontrar diez personas para llevarlos en un recorrido que dura algo más de dos horas, hasta que desistieron. Además, tampoco es una procesión con la que el pueblo de Puente Genil se sienta muy identificado y se vuelque en afluencia de público debiendo ser, insisto, la más importante de todas. Recordemos las pruebas que se hicieron para sacar a Dios por la mañana, desistiendo en pocos años de intentos ya que había que calles que la Custodia iba prácticamente sola.

Podemos ver otras poblaciones como los vecinos visten de gala sus calles y el pueblo se echa a la calle para recibir al Santísimo Sacramento. La misma Virgen de los Desamparados tampoco anda sobrada de bastoneros que poder llevarla. En definitiva, cuesta mucho trabajo poder «sacar» una cofradía a la calle, fuera del tiempo de Semana Santa.

¿Por qué esto es así? ¿Por qué nuestra Patrona no tiene «el tirón» como en otras poblaciones donde todo el mundo se echa a la calle? ¿Por qué la procesión del Corpus pasa más desapercibida de lo normal?

Habría que estudiar y debatir muchos aspectos. Pero uno de los principales, en mi opinión, es el de la educación desde pequeños. Lógicamente, la «parafernalia» y vistosidad que tiene la Semana Santa, no la tienen las Cofradías de Glori, donde casi el único objetivo es el de rendir devoción pública a sus Imágenes. Sin grandes alardes. Donde prima la Imagen sobre otras cosas. No se «andan» marchas como en Semana Santa.  La música es de acompañamiento, pero no es protagonista. Ni hay túnicas, ni figuras bíblicas, ni «esquinas donde ver revirar el paso». Ni saetas, ni mucho cánticos…       

En defintiva, la idiosincrasia que tiene Puente Genil de vivir el mundo cofrade, cae como una losa a estas cofradías y hermandades. Eduquemos a los pequeños mananteros y cofrades qué es lo importante. Enseñémosles la historia de nuestro pueblo, los orígenes de esas cofradías que tanta o más historia tienen que cualquiera.  Que sepan disfrutar de la devoción sin tener en cuenta lo que le rodee. Hagámosles entender el verdadero significado de este mundo.

     
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