Original de Maruja Álvarez de Sotomayor en El Pontón núm. 189, julio 2003

Todos los que han pasado la barrera de los setenta años (nota de El Pontón: recuérdese que el texto está escrito en 2003), recordarán la “miga” de Isabel y Dolores de la calle Luna, donde más de una generación de pontanos aprendimos las primeras letras.

Era una escuela de lo más original: cada niño llevada si sillita y, al entrar, cada día le pagaba 10 céntimos a la profesora. 

En la clase se formaban corrillos y nos iban llamando una por una para enseñarnos a leer en la cartilla.

En la red de se alineaban unos cartelones con las tablas de sumar y multiplicar, y un mapa físico y otro político de España. Lo de los cartelones se aprendía a viva voz, repitiéndolo al ritmo de un extraño soniquete, una música pegadiza que nos hacía retener con facilidad los números y los accidentes geográficos. Con este método anticuado, aprendimos más geografía que los niños de las generaciones actuales.

De izquierda a derecha: Enriqueta Arcos, Angelita Chacón, Celín Fernández, Natalia Chacón, Angelita García, Maruja Álvarez de Sotomayor y Salud Chacón.

Sentado en un sillón, José Luis Fernández.