El Pontón

Foto para el recuerdo… Dolores Arjona Aguilar, «la Galana»

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Original de Dª Amparo Carvajal Galán en El Pontón núm. 192, noviembre 2003

Mucha gente joven, y no tan joven, se preguntará quién era La Galana o porqué se da este nombre –aunque no oficial– a ese precioso parque del que disfrutamos todos los pontanenses. En pocas pinceladas voy a contar quién fue La Galana.

A principios del siglo XX, por motivos profesionales, vino a este pueblo un matrimonio formado por don José Galán Benítez y doña Dolores Arjona Aguilar. Don José era ingeniero industrial y vino a dirigir la construcción de varios saltos de agua, –el de San Calixto o el de Malpasillo entre otros– para suministrar energía eléctrica a los alrededores, y las instalaciones de la fábrica de harina de El Carmen. Al matrimonio le gustó el pueblo y tras vivir en distintas casas compraron tres huertas llamadas de El Soto. Allí edificaron su casa –que llamaron Villa Dolores–,  unieron las huertas, las cuidaron y las convirtieron en un hermoso vergel que junto al Teatro Circo, que también compraron, fueron punto de encuentro para fiestas y ocio, ya que la familia estaba siempre dispuesta a cederlos para estos acontecimientos. Varias generaciones también disfrutaron de sus frescos baños en el río y de los paseos, por sus acogedores jardines, que ofrecían todo lo que la naturaleza podía brindarnos. 

     

Doña Dolores –La Galana, como la conocían popularmente en el pueblo–, fue el alma de todo aquello. Siempre estuvo dispuesta, como atenta anfitriona que era,  a complacer a todo el que la visitaba. No sabia decir no cuando le solicitaban algo.

En aquellos tiempos el Imperio Romano usaba para Cuartel el edificio de unas escuelas públicas que eran parte de Villa Dolores,  edificio que hoy día es una hermosa propiedad de esta Corporación. El mismo, tenía un acceso a los jardines de Villa Dolores, que a los Romanos servía de expansión, ya que solían tomarse en ellos las tapitas previas a sus comidas. También aprovechaban esta puerta para acceder al Teatro Circo cuando preparaban la exposición del Miércoles Santo. Todo ello les propiciaba un gran contacto con la familia Galán. Doña Dolores los quería mucho y siempre estaba dispuesta a atenderles en lo que necesitaban de la casa y ellos la correspondían con el mismo cariño.

En la revista que el Imperio Romano editó con motivo del 125 aniversario del estreno de La Diana, Francisco Moyano, en su artículo, dedicó un entrañable recuerdo a aquellos años, del  que entresaco algunas frases: “Tras haber sonado en la cumbre la Diana […] bajábamos al Cuartel […], al cruzar por delante del atrio trasero de la casa de Villa Dolores, allí estaba, esperando a los Romanos, Doña Dolores Arjona, gran dama de Villa Dolores, aplaudiéndonos y clamándonos con todas sus ganas […], los Romanos la correspondíamos con lo mejor, con una audición de la Diana, a ella dedicada..”

También Joaquín Ruíz tiene unas cariñosas palabras en la misma revista, haciendo alusión a esa Diana que le dedicaban al matrimonio: “Recuerdo con verdadero afecto que tanto esta vez, como siempre que lo hicimos, nos correspondía don José con unas elocuentísimas palabras de cariño y agradecimiento para nosotros los Músicos y nos obsequiaban con la esplendidez, de que hacían siempre gala”

Doña Dolores Arjona fue presidenta de la Cruz Roja varios años, y le concedieron una distinción por los servicios prestados en un descarrilamiento que hubo en las cercanías de Puente Genil, distinción que le otorgaba el tratamiento de excelentísima.

La Excma. Sra. doña Dolores Arjona de Galán, fue  una buena esposa, una buena madre, una buena abuela y -sobre todo– una buena persona.       

Los nuevos jardines que se inauguraron en lo que fue La Huerta del Soto –La Galana– perpetuarán estos recuerdos, y tengo la seguridad que desde arriba estará contenta de que el pueblo los disfrute tanto ella –mi abuela– como los disfrutó.

     
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