Publicado en El Pontón núm. 373, mayo 2020
Original de Javier Villafranca Muñoz con la colaboración de Fco. Javier Reina Jiménez
Doña Susana Benítez de Lugo y Pérez de Abreu nació en Cuba, en Bejúcal, el 7 de junio de 1811. Su matrimonio con don Antonio Juan Parejo y Cañero la unió para siempre con nuestra villa, previendo en su testamento -falleció en Madrid el 30 de abril de 1885- diez mil pesos para levantar un hospital para ancianos y enfermos en Puente Genil, y veinte mil para su mantenimiento. Un hospital que estaría regentado por la congregación de las Hermanitas de los Pobres, lo que fue absolutamente imposible, pues esta congregación no acepta rentas perpetuas. Ello posibilitó que fuesen finalmente las Hermanitas de los Ancianos Desamparados quienes se hiciesen cargo del “Asilo”, como siempre hemos conocido cariñosamente su abnegada labor en Puente Genil. Una congregación, la de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, que había sido fundada poco antes, en 1872, por Teresa de Jesús Jornet e Ibars y el sacerdote Saturnino López Novoa.
El cuadro que presentamos en portada, obra del artista Felipe Herreros Rodero en 2008, es un regalo personal de nuestro amigo Francisco Javier Reina Jiménez al Hogar Santa Susana, con motivo del Cincuentenario de la Beatificación de Santa Teresa de Jesús Jornet. A modo de curiosidad, señalaremos que la santa obró dos milagros en nuestro Puente Genil, que fueron definitivos en la causa de beatificación seguida a su favor.
Se trata de una alegoría de la ascensión de Santa Teresa de Jesús Jornet al cielo, donde es recibida por la Santísima Trinidad (el Hijo está representado por Jesús Nazareno, el Terrible). En el centro, sobre la cabeza de la santa, vemos la representación del Espíritu Santo en forma de paloma y a Nuestra Señora de los Desamparados. La Virgen y la Santísima Trinidad coronan a Teresa de flores, como símbolo de santidad. La santa aparece elevándose al cielo sobre una multitud de cabezas de ancianos, destinatarios de su obra fundadora. A ambos lados se representan la iglesia de la Virgen de los Desamparados y el santuario de Jesús Nazareno. Cuatro angelotes a los pies de Santa Teresa sostienen, de izquierda a derecha, las constituciones de la congregación (HH.AA.DD. son las siglas de Hermanitas de los Ancianos Desamparados); la llama -símbolo de la caridad-; un medallón con el retrato del sacerdote Saturnino López Novoa y; por último, el cuarto nos muestra el escudo de la congregación de las Hermanitas. En la parte inferior, arrodillados, los Papas Pío XII y Pablo VI, con sus respectivos escudos de armas y las fechas en que la elevaron a Beata y Santa respectivamente.
Queremos agradecer cariñosamente a F. Javier Reina Jiménez la detallada información que nos ha proporcionado, así como su autorización para compartirla en estas páginas de El Pontón.